JOB 6:1-16
JOB 6:1-16 RV2020
Respondió entonces Job: ¡Ojalá pudieran pesarse mi queja y mi tormento, y fueran puestos igualmente en la balanza! Pesarían ahora más que la arena del mar. Por eso, mis palabras han sido precipitadas, porque las flechas del Todopoderoso se me han clavado, su veneno lo ha bebido mi espíritu, y los terrores de Dios combaten contra mí. ¿Acaso gime el asno salvaje junto a la hierba? ¿Acaso muge el buey junto a su pasto? ¿Acaso se come sin sal lo desabrido o tiene sabor la clara del huevo? Las cosas que yo ni siquiera quería tocar son ahora mi alimento. ¡Quién diera que se cumpliese mi petición, que Dios me otorgara lo que anhelo: que agradara a Dios destruirme, que soltara su mano y acabara conmigo! Sería entonces mi consuelo, cuando el dolor me asaltara sin tregua, no haber renegado de las palabras del Santo. ¿Cuál es mi fuerza para mantener la esperanza? ¿Cuál es mi fin para proseguir con paciencia? ¿Soy acaso tan fuerte como las piedras? ¿Es mi carne como el bronce? ¿No es cierto que ni aun a mí mismo me puedo valer, y que carezco de todo auxilio? El que sufre es consolado por su compañero, incluso aquel que abandona el temor del Omnipotente. Pero mis hermanos me han traicionado como un torrente; han pasado como las corrientes impetuosas que bajan turbias por el deshielo y mezcladas con la nieve