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JOB 4:1-21

JOB 4:1-21 RV2020

Entonces, replicó Elifaz el temanita: Si probamos a hablarte, te será molesto, pero ¿quién podrá detener las palabras? Tú enseñabas a muchos y fortalecías las manos debilitadas; con tus palabras sostenías al que tropezaba y afirmabas las rodillas que decaían. Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; ahora que te ha alcanzado, te desmoronas. ¿No has puesto tu confianza en el temor de Dios? ¿No has puesto tu esperanza en la integridad de tus caminos? Piensa ahora: ¿qué inocente se pierde? ¿Dónde se ha visto que los rectos sean destruidos? Yo he visto que quienes cultivan iniquidad y siembran injuria, eso mismo cosechan. Perecen por el aliento de Dios; por el soplo de su ira son consumidos. Los rugidos del león, los bramidos del que ruge y los dientes de sus cachorros son quebrantados. El león viejo perece por falta de presa, y los hijos de la leona se dispersan. El asunto me llegó como un susurro; mis oídos lograron percibirlo. En la imaginación de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres, me sobrevino un espanto y un temblor que estremeció todos mis huesos: y al pasar un soplo por delante de mí, se erizó el pelo de mi cuerpo. Delante de mis ojos se detuvo un espíritu cuyo rostro no reconocí, y le oí decir muy quedo: «¿Será el mortal más justo que Dios? ¿Será el hombre más puro que el que lo hizo? Si ni siquiera en sus siervos confía, y aun en sus ángeles descubre el error, ¡cuánto más en los que habitan en casas de barro cimentadas en el polvo, que serán aplastadas como la polilla! De la mañana a la tarde son destruidos, y se pierden para siempre sin haber quien repare en ello. Su belleza se pierde con ellos, y mueren sin haber adquirido sabiduría».

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