JOB 16:1-22
JOB 16:1-22 RV2020
Respondió Job: Muchas veces he oído cosas como estas. ¡Consoladores molestos sois todos vosotros! ¿Tendrán fin las palabras vacías? ¿Qué es lo que te anima a responder? También yo podría hablar como vosotros, si vuestra alma estuviera en lugar de la mía. Yo podría hilvanar contra vosotros palabras, y contra vosotros menear burlonamente la cabeza. Pero os alentaría con mis palabras, y el consuelo de mis labios calmaría vuestro dolor. Pero en mí, aunque yo hable, el dolor no cesa; y aunque deje de hablar, no se aparta de mí. Porque ahora él me ha fatigado; ha asolado toda mi compañía. Me ha llenado de arrugas: testigo es mi delgadez, la cual se levanta contra mí para testificar en mi rostro. Su furor me ha destrozado, me ha sido contrario; cruje sus dientes contra mí: contra mí aguza sus ojos mi enemigo. Mis enemigos han abierto contra mí su boca, me han abofeteado e insultado: ¡contra mí se han juntado todos! Dios me ha entregado al mentiroso, en las manos de los impíos me ha hecho caer. Yo vivía en prosperidad, y me ha desmenuzado; me agarró por el cuello, me despedazó y me ha puesto por blanco suyo. Me rodearon sus arqueros, y él partió mis riñones sin compasión y derramó mi hiel por tierra. Me desgarró cubriéndome de heridas; se lanzó contra mí como un guerrero. Entonces cosí sobre mi piel tejidos ásperos y puse mi cabeza en el polvo. Mi rostro está hinchado por el llanto y mis párpados entenebrecidos, a pesar de no haber iniquidad en mis manos y de ser pura mi oración. ¡Tierra, no cubras mi sangre ni permitas que quede oculto mi clamor! En los cielos está mi testigo y mi testimonio en las alturas. Disputadores son mis amigos, mas ante Dios derramaré mis lágrimas. ¡Ojalá pudiera el ser humano disputar con Dios como con su prójimo! Mas vienen los años, que están contados, y yo me iré por el camino sin retorno.