JUAN 3:3-21
JUAN 3:3-21 RV2020
Le respondió Jesús: —Te aseguro que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le preguntó: —¿Cómo es posible que alguien ya viejo vuelva a nacer? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Jesús: —Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No te extrañes de que te haya dicho: «Os es necesario nacer de nuevo». El viento sopla de donde quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo ocurre con quien nace del Espíritu. Le preguntó Nicodemo: —¿Cómo puede hacerse esto? Jesús le respondió: —¿Y tú eres maestro de Israel, y no lo sabes? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. Si os hablo de cosas terrenales y no creéis, ¿cómo me vais a creer cuando os hable de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo, excepto el que bajó de allí, es decir, el Hijo del Hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo único para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Y esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero los seres humanos amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.