JUAN 13:1-15
JUAN 13:1-15 RV2020
Antes de la fiesta de la Pascua Jesús sabía que había llegado la hora de pasar de este mundo e ir al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la cena, el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregar a Jesús. Y Jesús que sabía que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas, y que había salido de Dios, y que a Dios volvía, se levantó de la cena, se quitó su manto y tomando una toalla se la ciñó a la cintura. Luego puso agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla que llevaba ceñida. Llegó a Simón Pedro y Pedro le dijo: —Señor, ¿vas a lavarme los pies tú a mí? Respondió Jesús: —Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora, pero llegará el momento en que lo entiendas. Pedro le dijo: —Jamás permitiré que me laves los pies. Jesús replicó: —Si no te lavo, no tendrás parte conmigo. Le dijo entonces Simón Pedro: —Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: —El que se ha bañado no necesita mas que lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros estáis limpios, aunque no todos. Jesús sabía quién le iba a entregar y por eso dijo «No estáis limpios todos». Así que, después de lavarles los pies, tomó su manto y volviéndose a la mesa les dijo: —¿Comprendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, lo mismo debéis hacer vosotros unos con otros. Os he dado ejemplo para que vosotros obréis como yo he obrado con vosotros.