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JEREMÍAS 5:1-19

JEREMÍAS 5:1-19 RV2020

Recorred las calles de Jerusalén, mirad ahora e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis un solo hombre, si hay alguno que practique la justicia, que busque la verdad, y yo lo perdonaré. Aunque digan: «Vive el Señor», juran en falso. Señor, ¿no miran tus ojos la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, y no quisieron convertirse. Entonces yo dije: «Ciertamente, estos son pobres, han enloquecido pues no conocen el camino del Señor, el juicio de su Dios. Iré a los grandes y les hablaré, porque ellos conocen el camino del Señor, el juicio de su Dios». ¡Pero ellos también rompieron el yugo, y soltaron las ataduras! Por tanto, el león de la selva los matará, los destruirá el lobo del desierto, el leopardo acechará sus ciudades. Cualquiera que salga de ellas, será arrebatado, porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado sus traiciones. ¿Cómo te he de perdonar por esto? Tus hijos me dejaron y juraron por lo que no es Dios. Los sacié y adulteraron, y en casa de prostitutas se juntaron en compañías. Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo. ¿No había de castigar esto?, dice el Señor. De una nación como esta, ¿no se había de vengar mi alma? Escalad sus muros y destruid, pero no del todo; quitad las almenas de sus muros porque no son del Señor. Porque resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice el Señor. Negaron al Señor, y dijeron: «Él no existe, y no vendrá mal sobre nosotros ni veremos espada ni hambre». Los profetas serán como viento, porque no hay en ellos palabra; así se hará a ellos. Por tanto, así ha dicho el Señor, Dios de los ejércitos: Por haber dicho esto, yo pongo mis palabras en tu boca como fuego, y a este pueblo como leña, y los consumirá. Yo traigo sobre vosotros gente de lejos, casa de Israel, dice el Señor; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignoras y no entenderás lo que diga. Su aljaba es como un sepulcro abierto; todos son valientes. Comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, consumirá tus viñas y tus higueras, y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías. No obstante, en aquellos días, dice el Señor, no os destruiré del todo. Y cuando digan: «¿Por qué el Señor, el Dios nuestro, hizo con nosotros todas estas cosas?», entonces les dirás: «De la manera que me dejasteis a mí y servisteis a dioses ajenos en vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena».