ISAÍAS 45:1-25
ISAÍAS 45:1-25 RV2020
Así dice el Señor a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, puertas que no se cerrarán: Yo iré delante de ti y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro. Te daré los tesoros escondidos y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, de Israel, mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse un nombre insigne, aunque no me has conocido. Yo soy el Señor y no hay ningún otro. No hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me has conocido, para que se sepa desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, que no hay más que yo. Yo soy el Señor, y no hay ningún otro. Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la paz y creo la adversidad. Solo yo, el Señor, soy el que hago todo esto. Rociad, cielos, desde arriba, y las nubes destilen la justicia; ¡que se abra la tierra y brote la salvación!, ¡que la justicia crezca a su lado! Yo, el Señor, he creado todo esto. ¡Ay del que, aunque no es más que un tiesto como cualquier tiesto de la tierra, pleitea con su Hacedor! Dirá el barro al que lo modela: «¿Qué haces?», o: «Tu obra, ¿no tiene manos?». ¡Ay del que dice al padre!: «¿Por qué engendraste?», y a la mujer: «¿Por qué diste a luz?». Así dice el Señor, el Santo de Israel, el que lo formó: «Preguntadme por lo que está por venir; mandadme acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos. Yo hice la tierra y creé sobre ella al ser humano. Yo extendí los cielos con mis manos y di órdenes a todas sus estrellas. Yo lo desperté en justicia y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad y soltará a mis cautivos; sin pedir dinero ni rescate», dice el Señor de los ejércitos. Así dice el Señor: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; tras de ti marcharán encadenados, te harán reverencia y te suplicarán: «Ciertamente, en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios». Verdaderamente, tú eres Dios que te ocultas, Dios de Israel, que salvas. Todos los que fabrican imágenes serán avergonzados, y andarán confusos y humillados. Israel será salvo en el Señor con salvación eterna; jamás os avergonzaréis ni seréis humillados. Porque así dice el Señor, que creó los cielos. Él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso. No la creó en vano, sino para que fuera habitada la creó: Yo soy el Señor y no hay otro. No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: «En vano me buscáis». Yo soy el Señor, el que habla con justicia, y da a conocer lo que es recto. ¡Reuníos y venid! ¡Acercaos todos los supervivientes de las naciones! No tienen conocimiento aquellos que erigen su ídolo de madera, y los que ruegan a un dios que no salva. Declarad, exponed pruebas y deliberad todos juntos. ¿Quién hizo oír esto desde el principio y lo tiene dicho desde entonces, sino yo, el Señor? Y no hay más Dios que yo, Dios justo y salvador. No hay otro fuera de mí. ¡Volveos a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay otro! Lo juré por mí mismo, de mi boca salió una sentencia y no será revocada: «Que ante mí se doblará toda rodilla y jurará toda lengua». Y de mí se dirá: «Ciertamente, en el Señor está la justicia y la fuerza». A él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados. En el Señor será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.