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HEBREOS 3

3
II. Segunda parte: Jesucristo sumo sacerdote (3.1–5.10)
1. Cristo y Moisés (3.1–4.13)
El Hijo, superior a Moisés
1Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad a Cristo Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos. 2Él es fiel al que lo llamó, como también Moisés fue fiel en toda la casa de Dios. #Nm 12.7. 3Pero a Jesús se le ha otorgado mayor gloria que a Moisés, así como al que construye una casa se le da mayor honra que a la casa misma. 4Toda casa es hecha por alguien; pero el que hizo todas las cosas es Dios. 5Por un lado, Moisés a la verdad fue fiel en todo lo relacionado con la casa de Dios, aunque solo como siervo para testimonio de lo que se iba a decir. 6Pero, por otro lado, Cristo, en calidad de Hijo, está a cargo de la casa de Dios.#10.21. Y esta casa somos nosotros mismos, si mantenemos firme la confianza y la alegría que brota de la esperanza.
El reposo del pueblo de Dios
7Por eso, como dice el Espíritu Santo:
Si oís hoy su voz,
8 no endurezcáis vuestros corazones
como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
9 donde me tentaron vuestros padres; me pusieron a prueba
aunque habían visto mis obras durante cuarenta años. # Nm 14.20-35.
10 Por eso me disgusté contra aquella generación
y dije: «Siempre andan con su mente extraviada
y no han conocido mis caminos».
11 Por tanto, juré en mi ira:
«No entrarán en mi reposo». # Sal 95.7-11 (gr.).
12Tened cuidado, hermanos, no sea que alguno de vosotros tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios vivo.#12.25. 13Antes bien, exhortaos los unos a los otros#1 Ts 5.11. cada día, mientras dura ese: «Hoy», para que la seducción del pecado#Mc 4.19; 2 Ts 2.10. no endurezca vuestras conciencias. 14Porque hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio. 15Por lo cual dice:
Si oís hoy su voz,
no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación. # Sal 95.7-8; cf. vv. 7-8.
16¿Quiénes fueron los que, tras haber oído, lo provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto guiados por Moisés?#Ex 17.1-7. 17¿Y con quiénes estuvo él disgustado durante cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cadáveres quedaron en el desierto?#Nm 14.29; 1 Co 10.10. 18¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?#Nm 14.1-35; Dt 1.26.#Nm 14.22-23. 19Y vemos que no pudieron entrar a causa de su incredulidad.#Nm 14.39-45; Dt 1.41-45.

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