GÉNESIS 39:6-23
GÉNESIS 39:6-23 RV2020
Él mismo dejó todo lo que tenía en manos de José, y con él no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. José era apuesto y atractivo, y sucedió después de esto que la mujer de su amo se fijó en él, y le dijo: —Acuéstate conmigo. Pero él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: —Mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mis manos todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer. ¿Cómo voy a cometer yo tal infamia y pecar contra Dios? Y, por más que ella insistía día tras día, José rechazaba su invitación de acostarse con ella, o de hacerle compañía, Pero aconteció un día, cuando entró él en casa a hacer su oficio, que no había nadie de los de casa allí. Entonces ella lo tomó por la ropa y le dijo: —Acuéstate conmigo. Pero él dejó su ropa en las manos de ella y salió a toda prisa. Cuando ella vio que le había dejado la ropa en sus manos y había huido, llamó a los de casa: —Mirad, nos ha traído un hebreo para que hiciera burla de nosotros. Ha venido a mí para acostarse conmigo, y yo he dado grandes voces. Al ver que yo gritaba, ha dejado junto a mí su ropa, y ha salido a toda prisa. Ella guardó el manto de José hasta que regresó su señor a la casa. Entonces le repitió las mismas palabras: —El siervo hebreo que nos has traído, ha venido a mí para deshonrarme. Y cuando me he puesto a gritar, ha dejado su ropa junto a mí y ha huido. Al oír el amo de José las palabras de su mujer, que decía: «Así me ha tratado tu siervo», se encendió su furor. Tomó su amo a José y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey; y allí se quedó. Pero el Señor estaba con José y extendió a él su misericordia, pues hizo que se ganara el favor del jefe de la cárcel. El jefe de la cárcel puso en manos de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel nada de lo que estaba al cuidado de José, porque el Señor estaba con José, y lo que él hacía, el Señor lo prosperaba.