GÉNESIS 23:1-19
GÉNESIS 23:1-19 RV2020
Sara vivió ciento veintisiete años; ese fue el total de sus años. Sara murió en Quiriat-arba (que es Hebrón), en la tierra de Canaán; y vino Abrahán a hacer duelo por Sara y a llorarla. Luego salió de donde estaba el cadáver de Sara y fue a proponer a los hijos de Het: —Extranjero y forastero soy entre vosotros; dadme en propiedad una sepultura entre vosotros para poder enterrar a mi mujer difunta. Respondieron los hijos de Het a Abrahán: —Óyenos, señor nuestro. Tú eres un príncipe de Dios entre nosotros; sepulta a tu mujer en lo mejor de nuestros sepulcros, pues ninguno de nosotros te negará su sepulcro ni te impedirá que la entierres. Abrahán se levantó, se inclinó ante el pueblo de aquella tierra, los hijos de Het, y les dijo: —Si en verdad queréis que yo me lleve y sepulte a mi muerta, oídme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zohar, para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su heredad; que me la dé por su justo precio y así poseeré una sepultura en medio de vosotros. Como Efrón, el heteo, estaba entre los hijos de Het, respondió a Abrahán en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad: —No, señor mío, óyeme: te doy la heredad y te doy también la cueva que está en ella. En presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta allí a tu difunta mujer. Entonces Abrahán se inclinó delante del pueblo de la tierra y respondió a Efrón en presencia del pueblo del lugar: —Antes, si te place, te ruego que me oigas. Yo pagaré el precio de la heredad; acéptalo y sepultaré en ella a mi difunta mujer. Respondió Efrón a Abrahán: —Señor mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientas monedas de plata, pero ¿qué es esa cantidad entre tú y yo? Ve y entierra a tu mujer. Entonces Abrahán aceptó la oferta de Efrón y, en presencia de los hijos de Het, pesó a Efrón el dinero que este le había pedido, cuatrocientas monedas de plata de buena ley entre mercaderes. Así, pues, la heredad de Efrón que estaba en Macpela, al oriente de Mamre, la heredad, con la cueva que había en ella y con todos los árboles que había en la heredad y en todos sus contornos, quedó como propiedad de Abrahán, en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad. Después de esto, Abrahán sepultó a Sara, su mujer, en la cueva de la heredad de Macpela, al oriente de Mamre (que es Hebrón), en la tierra de Canaán.