GÉNESIS 18:9-33
GÉNESIS 18:9-33 RV2020
Después le preguntaron: —¿Dónde está Sara, tu mujer? Él respondió: —Aquí, en la tienda. Entonces dijo: —Regresaré el próximo año, y para entonces Sara, tu mujer, tendrá un hijo. Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. Abrahán y Sara eran ancianos, de edad avanzada, y a Sara ya le había cesado la menstruación. Y se rio Sara para sus adentros, y pensó: «¿Después de que he envejecido voy a tener placer, cuando además también mi señor es viejo?». Entonces el Señor dijo a Abrahán: —¿Por qué se ha reído Sara al pensar: «Será cierto que he de dar a luz ahora que soy vieja»? ¿Acaso hay alguna cosa difícil para Dios? Al tiempo señalado volveré a ti, y para entonces Sara tendrá un hijo. Entonces Sara tuvo miedo y lo negó: —No me he reído. Pero él respondió: —No es así, sino que te has reído. Los hombres se levantaron de allí y se dirigieron hacia Sodoma, y Abrahán iba con ellos para acompañarlos. El Señor dijo: «¿Encubriré yo a Abrahán lo que voy a hacer, siendo que ha de ser Abrahán una nación grande y fuerte y han de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Pues yo sé que mandará a sus hijos, y a su casa después de sí, que guarden el camino del Señor y que hagan justicia y juicio, para que haga venir el Señor sobre Abrahán lo que ha hablado acerca de él». Entonces el Señor le dijo: —Por cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra aumenta más y más y su pecado se ha agravado en extremo, descenderé ahora y veré si han consumado su obra según el clamor que ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré. Se apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma; pero Abrahán permaneció delante del Señor. Se acercó Abrahán y le dijo: —¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás y no perdonarás a aquel lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al justo con el impío, de modo que la suerte del justo sea como la del impío. ¡Lejos de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? Entonces respondió el Señor: —Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. Abrahán replicó: —Te ruego, mi Señor, que me escuches, aunque soy polvo y ceniza. Quizá falten de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? El Señor respondió: —No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco. Volvió a hablarle Abrahán: —Quizá se encuentren allí cuarenta. —No lo haré, por amor a los cuarenta —dijo el Señor. Abrahán volvió a suplicar: —No se enoje ahora mi Señor si le digo: quizá se encuentren allí treinta. —No lo haré si encuentro allí treinta —respondió el Señor. Abrahán insistió: —No se enoje ahora mi Señor, pero quizá se encuentren allí veinte. —No la destruiré —respondió—, por amor a los veinte. Volvió Abrahán a decir: —No se enoje ahora mi Señor; solo hablaré por última vez: quizá se encuentren allí diez. —No la destruiré —respondió el Señor—, por amor a los diez. Luego que acabó de hablar a Abrahán, el Señor se fue, y Abrahán volvió a su lugar.