ÉXODO 4:18-31
ÉXODO 4:18-31 RV2020
Moisés volvió a casa de su suegro Jetro y le dijo: —Me iré ahora y volveré a Egipto, a donde están mis hermanos, para ver si aún viven. —Ve en paz —dijo Jetro a Moisés. En Madián, el Señor también le dijo a Moisés: —Regresa a Egipto, porque han fallecido todos los que querían matarte. Entonces Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los puso sobre un asno y volvió a la tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano. Y el Señor le dijo: —Cuando hayas vuelto a Egipto, ocúpate de hacer delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tus manos; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo. Entonces dirás a Faraón: «El Señor ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva; pero si te niegas a dejarlo ir, yo mataré a tu hijo, a tu primogénito». Aconteció que, en el camino, el Señor le salió al encuentro en un lugar donde iban a pasar la noche, y quiso matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal afilado, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés, y dijo: —A la verdad, tú eres mi esposo de sangre. Así el Señor le dejó ir. Ella dijo: «Esposo de sangre», a causa de la circuncisión. El Señor dijo a Aarón: —Ve a recibir a Moisés al desierto. Él fue, lo encontró en el monte de Dios y le besó. Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras que le enviaba el Señor, y todas las señales que le había dado. Fueron, pues, Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. Aarón les contó todas las cosas que el Señor había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. El pueblo creyó, y al escuchar que el Señor había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.