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ÉXODO 36:1-19

ÉXODO 36:1-19 RV2020

Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre de talento a quien el Señor haya dado sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado el Señor. Moisés llamó a Bezaleel, a Aholiab y a todo hombre de talento en cuyo corazón había puesto el Señor sabiduría, a todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella. Ellos recibieron de Moisés todas las ofrendas que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de realizarla. Y le traían ofrendas voluntarias cada mañana. Tanto, que todos los maestros que hacían la obra del santuario dejaron el trabajo que cada uno hacía, y fueron a decirle a Moisés: —El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que el Señor ha mandado hacer. Entonces Moisés ordenó pregonar por el campamento: —Ningún hombre ni mujer haga más labores para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más, pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y aún sobraba. Los más hábiles de entre todos los que realizaban la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con querubines bellamente trabajados. Cada cortina medía doce metros y medio de largo por dos metros de ancho, y las once cortinas eran de la misma medida. Unieron entre sí cinco de las cortinas, y lo mismo hicieron con las cinco restantes. Luego pusieron lazadas azules en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y lo mismo hicieron en la orilla de la cortina final de la segunda serie. Cincuenta lazadas pusieron en la primera cortina, y otras tantas en la orilla de la cortina de la segunda serie; las lazadas de cada una se correspondían con las de la otra. Hicieron también cincuenta corchetes de oro, con los que enlazaron las cortinas una con otra, y así el tabernáculo formó un todo. Hizo cortinas de pelo de cabra para una tienda que cubriera el tabernáculo; once en total. Cada cortina medía trece metros y medio de largo por un metro y ochenta centímetros de ancho, y las once cortinas eran de la misma medida. Y unió cinco de las cortinas aparte, y las otras seis también aparte. Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y otras tantas en la orilla de la cortina final de la segunda serie. También hizo cincuenta corchetes de bronce para enlazar la tienda, de modo que formara un todo. Para la tienda hizo una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y otra de pieles de tejones encima.

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