ÉXODO 10:11-29
ÉXODO 10:11-29 RV2020
No será así; id ahora vosotros los hombres y servid al Señor, pues esto es lo que vosotros habíais pedido. Y los echaron de la presencia de Faraón. Entonces el Señor dijo a Moisés: —Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto, para traer la langosta, a fin de que suba sobre el país de Egipto y consuma todo lo que el granizo dejó. Extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y el Señor trajo un viento del este sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana, el viento del este trajo la langosta. La langosta subió sobre toda la tierra de Egipto y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después; cubrió la superficie de todo el país y oscureció la tierra; consumió toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; no quedó cosa verde en los árboles ni en la hierba del campo en toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón se apresuró a llamar a Moisés y a Aarón, y dijo: —He pecado contra el Señor, vuestro Dios, y contra vosotros. Pero os ruego ahora que perdonéis mi pecado solamente esta vez, y que oréis al Señor, vuestro Dios, para que aparte de mí al menos esta plaga mortal. Salió Moisés de delante de Faraón, y oró al Señor. Entonces el Señor trajo un fortísimo viento del oeste que se llevó la langosta y la arrojó en el mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el país de Egipto. Pero el Señor endureció el corazón de Faraón, y este no dejó ir a los hijos de Israel. El Señor dijo a Moisés: —Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y por tres días hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones. Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: —Id, servid al Señor; que solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas. Vayan también vuestros niños con vosotros. Moisés respondió: —Tú nos darás los animales para los sacrificios y holocaustos que ofreceremos al Señor, nuestro Dios. Y nuestro ganado irá también con nosotros. No quedará ni una pezuña, porque de él hemos de tomar para servir al Señor, nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir al Señor hasta que lleguemos allá. Pero el Señor endureció el corazón de Faraón, y este no quiso dejarlos ir. Y le dijo Faraón: —Retírate de mi presencia. Cuídate de no ver más mi rostro, pues el día en que lo veas, morirás. Y Moisés respondió: —¡Bien has dicho! No veré más tu rostro.