2 TESALONICENSES 2:1-17
2 TESALONICENSES 2:1-17 RV2020
Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no cambiéis fácilmente de manera de pensar. No os asustéis al escuchar que el día del Señor está cerca, así se afirme que es una revelación, o una enseñanza, o citen alguna carta atribuida a nosotros. ¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. Este malvado se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; llega incluso a sentarse en el templo de Dios como Dios y se hace pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y ahora vosotros sabéis qué es lo que lo detiene, para que solo se manifieste a su debido tiempo. Ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Y entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. La llegada de este malvado, que es obra de Satanás, irá acompañada de gran poder, señales y falsos milagros. Y se valdrá de toda clase de mentiras perversas para engañar a los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad. Pero nosotros siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. A esto os llamó por medio de nuestro evangelio: para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que os hemos enseñado personalmente o por carta. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones y os confirme en toda buena palabra y obra.