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1 TIMOTEO 5:1-25

1 TIMOTEO 5:1-25 RV2020

No reprendas con dureza al anciano, sino exhórtalo como a un padre; a los más jóvenes, como a hermanos. A las ancianas como a madres; a las más jóvenes, con toda pureza, como a hermanas. Honra a las viudas, las que de verdad son viudas. Si alguna viuda tiene hijos o nietos, estos son los primeros que han de aprender a ocuparse piadosamente de su propia familia y a recompensar a sus padres; porque esto es lo honesto y agradable delante de Dios. La viuda que de verdad lo es y que se ha quedado sola, espera en Dios y se dedica a la oración y a las súplicas noche y día. En cambio, la que se entrega a los placeres está muerta en vida. Manda también estas cosas, para que sean irreprochables; porque si alguno no cuida de los suyos, especialmente de los miembros de su casa, niega la fe y es peor que un incrédulo. En la lista de las viudas debe ser inscrita solo la que pase de sesenta años y que haya tenido un solo marido. Que sea conocida por sus buenas obras: si ha criado hijos, si ha practicado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los creyentes, si ha socorrido a los afligidos, si se ha dedicado a toda clase de buena obra. Pero no admitas a las viudas más jóvenes, porque cuando son impulsadas por sus deseos se rebelan contra Cristo y quieren volverse a casar, y se hacen culpables de haber quebrantado su compromiso. Además, aprenden a estar ociosas y a andar de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entrometidas, y hablan de lo que no conviene. Por eso quiero que las más jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa, y no den al adversario ninguna ocasión de hablar mal. Pues ya algunas se han vuelto atrás por seguir a Satanás. Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las mantenga, de modo que no se vuelvan una carga para la Iglesia; así la iglesia tendrá lo suficiente para ayudar a las que de verdad son viudas. Los ancianos que gobiernan bien, deben ser considerados dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar, pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla y: Digno es el obrero de su salario . No admitas acusación contra un anciano, a menos que haya dos o tres testigos. A los que pequen, repréndelos delante de todos, para que los demás tengan miedo. Te encarezco delante de Dios, del Señor Jesucristo y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios de nadie y que no hagas nada con parcialidad. No impongas fácilmente las manos a nadie ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro. De aquí en adelante no bebas agua sola, sino también toma un poco de vino para tu estómago y tus frecuentes enfermedades. Los pecados de algunos hombres se hacen evidentes antes de que lleguen a juicio, a otros se les descubren después. De igual modo se hacen evidentes las buenas obras; y las que no lo son, no se pueden esconder.