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JOB 42

42
Intervención final de Job
1Job respondió al Señor:
2Reconozco que todo lo puedes,
que ningún proyecto se te resiste.#Mt 19,26; Lc 1,37.
[Dijiste:]
3“¿Quién es ese que confunde mis designios
pronunciando tales desatinos?”.
Sí, hablé de cosas que no sabía,
de maravillas que superan mi comprensión.#38,2-3; 40,7.
[Dijiste:]
4“Escucha y déjame hablar;
te preguntaré y tú me instruirás”#42,4: y tú me instruirás: Ver nota a 38,3..
5Te conocía sólo de oídas,
pero ahora te han visto mis ojos#42,5: te han visto mis ojos: Confesión decisiva por parte de Job (ver nota a 40,5), que distingue entre “conocer de oídas” (sabiduría enseñada) y “ver con mis ojos” (sabiduría arrancada a la experiencia). Nuestro protagonista inaugura así una relación dinámica con el Dios vivo. La experiencia religiosa personal, que le ha transformado por completo, le obliga a confesar las limitaciones y desviaciones de su previo conocimiento.;#19,26-27.
6por eso, me retracto y me arrepiento,
tumbado en el polvo y la ceniza.
V.— Epílogo (42,7-17)#42,7-17: Epílogo: Termina el libro con una sección narrativa, que, a excepción de ciertos datos secundarios, enlaza directamente con el prólogo. El contenido de prólogo y epílogo constituye el núcleo de un relato popular, difundido incluso fuera del antiguo Oriente Próximo.
7Cuando el Señor terminó de decir esto a Job, se dirigió a Elifaz de Temán:
— Estoy enfadado contigo y con tus dos compañeros, porque no han hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job#42,7: como lo ha hecho mi siervo Job: Yahvé, el Señor, reconoce oficialmente que Job tenía razón. Job, pues, consigue lo que había ansiado en medio de una vorágine de sufrimientos físicos y psicológicos: ser rehabilitado por el propio Señor. Los teólogos oficiales reciben una dura reprimenda, probablemente porque la doctrina de la retribución acaba reduciendo la divinidad a una simple reacción a la injusticia, al tiempo que cierra al ser humano el camino hacia una relación personal y directa con el Dios vivo..#Ver Is 41,9; 42,1. 8Así que tomen siete novillos y siete carneros, vayan donde está mi siervo Job y ofrézcanlos por ustedes en holocausto. Mi siervo Job intercederá por ustedes, yo le haré caso y no los trataré como merece su audacia, por no haber hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job.
9Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naamat hicieron lo que el Señor ordenó, y el Señor mostró su favor a Job.#Is 53,12; Stg 5,16.
10Cuando Job intercedió en favor de sus compañeros, el Señor cambió su suerte#42,10: cambió su suerte: Ver nota a Jr 30,18. y duplicó todas sus posesiones.#1,1-3. 11Vinieron a visitarlo sus hermanos y hermanas, junto con viejos conocidos; comieron con él en su casa, se lamentaron y lo consolaron de la desgracia que el Señor le había enviado. Cada uno le regaló una suma de dinero y un anillo de oro.
12El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio. Se hizo con catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas. 13Tuvo siete hijos y tres hijas: 14la primera se llamaba Paloma; la segunda, Acacia; y la tercera, Azabache. 15No había en toda la comarca mujeres más hermosas que las hijas de Job. Su padre las hizo herederas, igual que a sus hermanos.
16Job vivió ciento cuarenta años más y conoció a sus hijos, a sus nietos y a sus biznietos.#Gn 25,7-8; 35,28-29. 17Murió anciano tras una larga vida#42,17: una larga vida: El término vida corona el libro de Job: el que había suspirado por la muerte al comienzo del poema (cp. 3) y a lo largo de él, se encuentra ahora con el don del Dios vivo..

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