ROMANOS 8:6-11
ROMANOS 8:6-11 BLP
Ahora bien, el afán por satisfacer los apetitos desordenados conduce a la muerte; el de hacer lo que es propio del Espíritu lleva a la vida y a la paz. Y es que el afán por satisfacer nuestros desordenados apetitos nos hace enemigos de Dios, a cuya ley ni nos sometemos ni tenemos siquiera posibilidad de hacerlo. En definitiva, los que viven entregados a sus desordenados apetitos no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no vivís entregados a esos apetitos, sino al Espíritu, ya que el Espíritu de Dios mora en vosotros. El que carece del Espíritu de Cristo, no pertenece a Cristo. Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo muera a causa del pecado, el espíritu vive en virtud del poder salvador de Dios. Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús infundirá nueva vida a vuestros cuerpos mortales por medio del Espíritu que ha hecho habitar en vosotros.