SALMOS 105:23-45
SALMOS 105:23-45 BLP
Entonces Israel entró en Egipto, moró Jacob en el país de Cam. Dios hizo que su pueblo prosperara, lo hizo más fuerte que sus rivales. Pero cambió los sentimientos de los egipcios haciendo que odiaran a su pueblo e intrigaran contra sus siervos. Envió a Moisés, su siervo, a Aarón a quien él escogió; ellos hicieron signos prodigiosos, hechos portentosos en la tierra de Cam. Envió tinieblas y todo se oscureció, pero ni aun así escucharon su palabra. Transformó en sangre sus aguas, hizo morir a sus peces. Infestó de ranas el país, hasta las alcobas de sus reyes. Habló y sobrevino otra plaga: mosquitos por toda su tierra. En vez de lluvia envió granizos, llamas de fuego sobre el país. Destruyó luego sus viñas e higueras, destrozó la arboleda de su territorio. Habló y acudieron langostas, saltamontes imposibles de contar, que devoraron toda hierba en el país, devoraron los frutos de la tierra. Mató en el país a todo primogénito, primicia de su fuerza varonil. Pero a ellos los sacó entre plata y oro, ninguno entre sus tribus sucumbió. Egipto se alegró cuando partieron, porque el miedo los sobrecogía. Extendió para cubrirlos una nube, un fuego para iluminar la noche. Suplicaron y envió codornices, los sació con pan del cielo. Hendió una roca y brotó agua, como un río fluyó por el desierto. Se acordó de su santa promesa, la que había hecho a Abrahán, su siervo, y con gozo liberó a su pueblo, con regocijo a sus elegidos. Les entregó la tierra de los paganos, heredaron la riqueza de los pueblos; así respetarían sus leyes y cumplirían sus mandatos. ¡Aleluya!