SALMOS 102:1-14
SALMOS 102:1-14 BLP
Señor, escucha mi ruego, que mi grito llegue a ti. No me ocultes tu rostro cuando estoy angustiado; acerca hacia mí tu oído, respóndeme pronto si te llamo. Pues mi vida se desvanece como el humo, mis huesos arden como una hoguera; mi corazón se seca como hierba segada, hasta de comer mi pan me olvido. De tanto gritar sollozando tengo los huesos pegados a la piel. Me parezco al pelícano del yermo, soy como el búho de las ruinas. No puedo dormir, aquí estoy como ave solitaria en un tejado. Sin cesar mis enemigos me injurian, furiosos contra mí me maldicen. En vez de pan me alimento de polvo, mezclo la bebida con mi llanto a causa de tu enojo y de tu cólera, pues tú me alzaste y me abatiste luego. Es mi vida como sombra que declina, como la hierba me voy marchitando. Pero tú, Señor, reinas por siempre, tu recuerdo dura por generaciones. Tú te alzarás, te apiadarás de Sion, que es hora ya de apiadarse de ella, que el plazo ya se ha cumplido. Tus siervos aman sus piedras, sienten piedad de sus ruinas.