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PROVERBIOS 11:1-25

PROVERBIOS 11:1-25 BLP

El Señor detesta las balanzas trucadas y aprueba el peso exacto. La arrogancia acarrea deshonra, la humildad trae sabiduría. La rectitud guía a los honrados, la perversión arruina a los desleales. La riqueza no sirve en el día del juicio; en cambio, la justicia libra de la muerte. El justo encuentra llano el camino, el malvado cae por su propia maldad. La justicia salva a los honrados, los desleales quedan presos de su ambición. Cuando muere el malvado perece su esperanza, se acaba la confianza que ha puesto en las riquezas. El justo se libra del apuro y el malvado ocupa su lugar. Las palabras del impío arruinan a su prójimo, los justos se libran por su saber. Si los justos prosperan, se alegra la ciudad; si los malvados fracasan, se llena de júbilo. La bendición de los rectos engrandece a una ciudad, las palabras de los malvados la arruinan. El insensato desprecia a su prójimo, el inteligente guarda silencio. El chismoso desvela secretos, quien es de fiar se guarda las cosas. Cuando hay desgobierno, el pueblo se hunde; muchos consejeros traen la salvación. Quien avala a un extraño se perjudica, quien evita hacer tratos vive tranquilo. La mujer agraciada alcanza honores, los audaces consiguen riquezas, El bondadoso se hace bien a sí mismo, el despiadado perjudica su salud. El malvado obtiene ganancia engañosa; a quien siembra justicia, recompensa segura. Quien practica la justicia vivirá, quien va detrás del mal morirá. El Señor detesta las mentes perversas y le complace la conducta intachable. No quedará impune el malvado, la estirpe de los justos se salvará. Anillo de oro en morro de cerdo es la mujer hermosa, pero sin seso. Los justos desean solo el bien, al malvado le aguarda la ira. Hay desprendidos que se enriquecen y tacaños que se empobrecen. Quien es generoso prosperará, a quien ofrece de beber no le faltará agua.