LUCAS 22:29-46
LUCAS 22:29-46 BLP
Por eso, yo quiero asignaros un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis en la mesa de mi reino, y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el Señor dijo: —Simón, Simón, Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo en la criba; pero yo he pedido por ti, para que no desfallezca tu fe. Y tú, cuando recuperes la confianza, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes. Pedro le dijo: —¡Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel e incluso a la muerte! Jesús le contestó: —Pedro, te digo que no cantará hoy el gallo sin que hayas negado tres veces que me conoces. Les dijo también Jesús: —Cuando os envié sin bolsa, sin zurrón y sin sandalias, ¿os faltó, acaso, algo? Ellos contestaron: —Nada. Y continuó diciéndoles: —Pues ahora, en cambio, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, y que haga lo mismo el que tenga un zurrón; y el que no tenga espada, que venda su manto y la compre. Porque os digo que tiene que cumplirse en mí lo que dicen las Escrituras: Lo incluyeron entre los criminales. Todo lo que se ha escrito de mí, tiene que cumplirse. Ellos dijeron: —¡Señor, aquí tenemos dos espadas! Él les contestó: —¡Es bastante! Después de esto, Jesús salió y, según tenía por costumbre, se dirigió al monte de los Olivos en compañía de sus discípulos. Cuando llegaron, les dijo: —Orad para que podáis resistir la prueba. Luego se alejó de ellos como un tiro de piedra, se puso de rodillas y oró: —Padre, si quieres, líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. [ Entonces se le apareció un ángel del cielo para darle fuerzas. Jesús, lleno de angustia, oraba intensamente. Y le caía el sudor al suelo en forma de grandes gotas de sangre]. Después de orar, se levantó y se acercó a sus discípulos. Los encontró dormidos, vencidos por la tristeza, y les preguntó: —¿Cómo es que dormís? Levantaos y orad para que podáis resistir la prueba.