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JEREMÍAS 16:1-13

JEREMÍAS 16:1-13 BLP

Me llegó la palabra del Señor en estos términos: —No te cases, ni tengas hijos e hijas en este lugar, pues así dice el Señor a los hijos y a las hijas nacidos en este lugar, a las madres que los han dado a luz y a los padres que los han engendrado en este país: Morirán de muerte terrible; no serán llorados ni enterrados; servirán de estiércol para el campo. Serán aniquilados por la espada y el hambre, y sus cadáveres servirán de alimento a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. Pues así dice el Señor: No entres en casas donde estén de luto, no participes en el duelo ni llores por ellos, pues he retirado de este pueblo mi paz —oráculo del Señor—, mi amor y mi compasión. La gente mayor y los pequeños que mueran en esta tierra no serán enterrados ni llorados; nadie se hará incisiones ni se rapará la cabeza por ellos; nadie partirá el pan del duelo para consolar a los que lloran a los muertos, ni les darán a beber la copa del consuelo por su padre o por su madre. No entres en ninguna casa donde estén de fiesta, para comer y beber con los comensales. Pues así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Pienso poner fin en este lugar, en vuestra presencia y en vida vuestra, a las voces alegres de fiesta, las canciones del novio y de la novia. Cuando transmitas a este pueblo todas estas palabras, seguramente te dirán: «¿Por qué ha pronunciado el Señor contra nosotros toda esta enorme desgracia? ¿Cuáles son las culpas y pecados que hemos cometido contra el Señor, nuestro Dios?». Tú les responderás: «Porque vuestros antepasados me abandonaron —oráculo del Señor— y se fueron tras dioses extranjeros para darles culto y adorarlos; me abandonaron a mí y no cumplieron mi ley». Pero vuestras acciones son peores que las de vuestros antepasados, pues vosotros vais tras los planes de vuestro obstinado y perverso corazón, y os negáis a escucharme. Os arrojaré de esta tierra a otra tierra que ni vosotros ni vuestros padres conocéis; allí daréis culto a dioses extranjeros, día y noche, pues no pienso concederos mi gracia.