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OSEAS 9:1-17

OSEAS 9:1-17 BLP

No te alegres Israel, no saltes de júbilo como hacen otros pueblos; porque te has prostituido abandonando a tu Dios, has recibido paga de prostituta en todas las eras donde se trilla el trigo. Ni la era ni el lagar los podrán sustentar; hasta el mosto les fallará. No habitarán ya más en la tierra del Señor; Efraín volverá a Egipto, y un manjar impuro tendrán que comer en Asiria. No harán ofrendas de vino al Señor y no le agradarán sus sacrificios. Serán para ellos como pan de duelo que hará impuro a quien lo coma; será un pan solo para ellos y no se ofrecerá en el Templo del Señor. ¿Qué haréis el día de la solemnidad, el día de la fiesta del Señor? La devastación los ha hecho huir; se reunirán en Egipto, Menfis será su sepultura. Las ortigas heredarán sus tesoros y las zarzas invadirán sus tiendas. Han llegado los días del castigo, ha llegado el tiempo de la paga. ¡Que lo sepa Israel! Está trastornado el profeta, desvaría el hombre del espíritu a causa de tu gran iniquidad, de la enormidad de tu odio. El profeta es centinela de Efraín y está junto a mi Dios, pero se le tienden trampas en todos los caminos, es odiado en el Templo de su Dios. Ha llegado al colmo su corrupción, como en los días de Guibeá; pero Dios se acordará de su maldad y castigará sus pecados. Como uvas en el desierto, así fue mi encuentro con Israel. Como brevas en la higuera así elegí a vuestros antepasados; pero cuando llegaron a Baal Peor se consagraron a la ignominia y se hicieron tan abominables como los ídolos que amaban. Como pájaro que vuela se disipa la gloria de Efraín. No habrá nacimientos, ni gestaciones, ni concepciones. Aunque lleguen a criar hijos, yo se los arrebataré antes que se conviertan en hombres. ¡Ay de ellos cuando yo los abandone! He visto a Efraín como palmera en verdes prados plantada, pero ahora tendrá que sacar a sus hijos y entregarlos al verdugo. Dales, Señor… ¿Qué les darás? Dales un vientre que aborte y unos pechos que no den leche. Toda su perversidad se manifestó en Guilgal; allí llegué a odiarlos. Por sus perversas acciones los arrojaré de mi casa y no los volveré a amar. Todos sus jefes son rebeldes. Efraín ha sido golpeado, sus raíces están secas, no producirá ya fruto. Aunque engendren hijos, haré que muera su fruto querido. Porque no escucharon a mi Dios, él los rechazará; entre las naciones tendrán que andar errantes.

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