HECHOS 5:1-10
HECHOS 5:1-10 BLP
Pero un hombre llamado Ananías, junto con su mujer, de nombre Safira, vendió una finca y, de acuerdo con la esposa, retuvo una parte del precio y puso lo restante a disposición de los apóstoles. Pedro le dijo: —Ananías, ¿por qué has permitido que Satanás te convenciera para mentir al Espíritu Santo, guardando para ti parte del precio de la finca? Tuya era antes de venderla y, una vez vendida, tuyo era el producto de la venta. ¿Cómo se te ha ocurrido hacer una cosa semejante? No has mentido a los hombres sino a Dios. Escuchar Ananías estas palabras y caer muerto al suelo fue todo uno, por lo que cuantos lo oyeron quedaron sobrecogidos de temor. Enseguida se acercaron unos jóvenes, amortajaron el cadáver y lo llevaron a enterrar. Unas tres horas más tarde llegó su mujer, que ignoraba lo sucedido. Pedro le preguntó: —Dime, ¿es este el valor total de la finca que vendisteis? Ella contestó: —Sí, ese es. Pedro le replicó: —¿Por qué os habéis confabulado para provocar al Espíritu del Señor? Escucha, ya se oyen a la puerta los pasos de los que vuelven de enterrar a tu marido; ahora te llevarán a ti. Al instante cayó a sus pies y expiró. Cuando entraron los jóvenes, era ya cadáver; así que se la llevaron y la enterraron junto a su marido.