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HECHOS 20:13-27

HECHOS 20:13-27 BLP

Como Pablo había decidido hacer el viaje por tierra, nosotros zarpamos con tiempo suficiente rumbo a Asón con el fin de recogerlo allí. Cuando se nos unió en Asón, subió a bordo con nosotros y navegamos hasta Mitilene. Zarpamos de allí y al día siguiente pasamos a la altura de Quío y llegamos a Samos un día después. Navegamos un día más y arribamos a Mileto. Pablo no quiso hacer escala en Éfeso para evitar demorarse en la provincia de Asia, pues le urgía estar en Jerusalén, a ser posible, el día de Pentecostés. No obstante, desde Mileto Pablo mandó llamar a los dirigentes de la iglesia de Éfeso. Cuando estuvieron a su lado, les dijo: —Conocéis perfectamente la conducta que he observado entre vosotros desde el primer día de mi llegada a la provincia de Asia. He servido al Señor con toda humildad, en medio de las angustias y pruebas que me sobrevinieron a causa de las maquinaciones de los judíos. Nada he callado que pudiera seros de utilidad, y no he dejado de anunciaros el mensaje y de enseñaros en público y en privado. He instado a judíos y no judíos a convertirse a Dios y a creer en Jesús, nuestro Señor. Ahora, como veis, me dirijo a Jerusalén impelido por el Espíritu, sin saber a ciencia cierta lo que allí me acontecerá. Eso sí, el Espíritu Santo me asegura que no hay ciudad en la que no me esperen prisiones y sufrimientos. Por lo que a mi vida respecta, en nada la aprecio. Solo aspiro a terminar mi carrera y a culminar la tarea que me encomendó Jesús, el Señor: proclamar la buena noticia de que Dios nos ha dispensado su favor. Ahora sé que ninguno de vosotros, entre quienes pasé anunciando el reino de Dios, volverá a verme más. Por eso, quiero hoy declarar ante vosotros que tengo la conciencia limpia en relación con lo que os pueda suceder. Nada he callado de cuanto debía anunciaros sobre el plan de Dios.

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