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1 CRÓNICAS 23:2-32

1 CRÓNICAS 23:2-32 BLP

Luego reunió a todos los dignatarios de Israel, a los sacerdotes y levitas, y se hizo el censo de los levitas mayores de treinta años, cuyo número ascendía a treinta y ocho mil hombres. De ellos, veinticuatro mil supervisarían las obras del Templo; seis mil serían secretarios y jueces; cuatro mil, porteros; y cuatro mil, cantores para alabar al Señor acompañados de los instrumentos creados por David al efecto. David los distribuyó por clanes, correspondientes a los hijos de Leví: Guersón, Queat y Merarí. Descendientes de Guersón: Ladán y Simeí. Descendientes de Ladán, tres: el primogénito Jejiel, Zetán y Joel. Descendientes de Simeí, tres: Selomit, Jaciel y Harán, que fueron los cabezas de familia de Ladán. También eran descendientes de Simeí estos cuatro: Jájat, Ziná, Jeús y Beriá. Jájat era el primogénito y Ziná, el segundo. Jeús y Beriá no tuvieron muchos descendientes, por lo que fueron registrados como una sola familia. Descendientes de Queat, cuatro: Amrán, Jisar, Hebrón y Uziel. Descendientes de Amrán: Aarón y Moisés. Aarón y sus descendientes fueron escogidos para el servicio perpetuo de lo más sagrado, para quemar incienso ante el Señor, servirlo y bendecir su nombre por siempre. Los descendientes de Moisés, el hombre de Dios, fueron incluidos en la tribu de Leví. Descendientes de Moisés: Guersón y Eliezer. El primogénito de Guersón fue Sebuel. El primogénito de Eliezer fue Rejabías. Eliezer ya no tuvo más descendientes, pero los de Rejabías fueron muy numerosos. El primogénito de Jisar fue Selomit. Descendientes de Hebrón: el primogénito Jerías, el segundo Amarías, el tercero Jajaciel y el cuarto Jecamán. Descendientes de Uziel: el primogénito Micá y el segundo Jisías. Descendientes de Merarí: Majlí y Musí. Descendientes de Majlí: Eleazar y Quis. Eleazar murió sin hijos; solo tuvo hijas que se casaron con sus parientes, los descendientes de Quis. Descendientes de Musí, tres: Majlí, Éder y Jeremot. Estos eran los descendientes de Leví, distribuidos por clanes, y los cabezas de familia, según el registro nominal de cada uno, que se dedicaban al servicio del Templo a partir de los veinte años, pues David había dicho: —Puesto que el Señor, Dios de Israel, ha concedido reposo a su pueblo y ha fijado su morada definitiva en Jerusalén, los levitas ya no tendrán que transportar la Tienda y todos los objetos de culto. Y según estas últimas disposiciones de David, los levitas eran inscritos en el censo a partir de los veinte años, y estaban a las órdenes de los descendientes de Aarón para el servicio del Templo del Señor en los patios y habitaciones, en la limpieza de los objetos sagrados y otras tareas del servicio del Templo de Dios. Se encargaban también de los panes de la ofrenda, de la harina selecta para las ofrendas, de las obleas de pan sin levadura, de las frituras y cocciones y de toda clase de medidas y pesos. Tenían que presentarse diariamente por la mañana y por la tarde para alabar y dar gracias al Señor, y ofrecer siempre en presencia del Señor los holocaustos de los sábados, lunas nuevas y fiestas, según sus números y ritos respectivos. Y se encargaban también de atender la Tienda del encuentro, al santuario y a sus hermanos, los hijos de Aarón, en el servicio del Templo.