Salmos 24
24
SALMO 24 (23)
El Rey de la gloria#Sal 24 Este salmo consta de tres partes: un breve himno o canto de alabanza al Dios creador (vv. 1-2); una instrucción sobre las cualidades requeridas para entrar en el templo (vv. 3-6) y un poema que celebra la instalación del arca de la alianza en Jerusalén (vv. 7-10; cf. 2 S 6.1-23; Sal 132) o su regreso a la ciudad santa después de una campaña victoriosa.
1aSalmo de David.
1bDel Señor es el mundo entero,
con todo lo que en él hay,
con todo lo que en él vive.#24.1b Sal 50.12; 89.12; 1 Co 10.26.
2Porque el Señor puso las bases de la tierra
y la afirmó sobre los mares y los ríos.#24.2 Sobre este concepto antiguo, véase Sal 18.16 n.
3¿Quién puede subir al monte del Señor?#24.3 Monte del Señor: La colina de Sión, considerada como el lugar que el Señor eligió para habitar en él. Véanse Sal 2.6 n.; y Sión en el Índice temático.
¿Quién puede permanecer en su santo templo?
4El que tiene las manos y la mente
limpias de todo pecado;#24.3-4 Sal 15.1-2; cf. Is 33.14-16; Mt 5.8.
el que no adora ídolos#24.4 El que no adora ídolos: lit. el que no eleva su alma a la vanidad, modismo hebreo que indica una actitud de adoración. En los Salmos y en los escritos proféticos se llama «vanidad» a los ídolos paganos, por ser dioses «vanos» o vacíos. Véanse Sal 115.4-8 n; 135.15-18.
ni hace juramentos falsos.
5El Señor, su Dios y Salvador,
lo bendecirá y le hará justicia.
6Así deben ser los que buscan al Señor,
los que buscan la presencia del Dios de Jacob.#24.3-6 Sal 15; Is 33.14-16.
7¡Ábranse, puertas eternas!#24.7 ¡Ábranse, puertas eternas!: lit. levanten sus cabezas, puertas eternas, o bien, puertas antiguas. En este estribillo, que se vuelve a repetir en el v. 9, el salmista se dirige en forma poética a las puertas de Jerusalén, las cuales, a pesar de su grandeza y amplitud, no bastan para dar paso al Señor, el Rey de la gloria.
¡Quédense abiertas de par en par,
y entrará el Rey de la gloria!
8¿Quién es este Rey de la gloria?
¡Es el Señor, el fuerte y valiente!
¡Es el Señor, valiente en la batalla!
9¡Ábranse, puertas eternas!
¡Quédense abiertas de par en par,
y entrará el Rey de la gloria!
10¿Quién es este Rey de la gloria?
¡Es el Señor todopoderoso!#24.10 El Señor todopoderoso: lit. el Señor de los ejércitos. En los libros históricos, este título de Dios parece aludir a la presencia del Señor entre las huestes o ejércitos israelitas (cf. 1 S 17.45); pero en los escritos proféticos adquiere características cósmicas y afirma el poder soberano de Dios en el cielo y en la tierra (cf. Is 6.3). Así lo entendieron los traductores de la versión griega (LXX), que con frecuencia lo traducen por kyrios pantokrator, es decir, Señor todopoderoso.
¡Él es el Rey de la gloria!
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