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Números 22:21-31

Números 22:21-31 NVI

Balán se levantó por la mañana, ensilló su burra, y partió con los gobernantes de Moab. Mientras iba con ellos, la ira de Dios se encendió y en el camino el ángel del SEÑOR se hizo presente, dispuesto a no dejarlo pasar. Balán iba montado en su burra, y sus dos criados lo acompañaban. Cuando la burra vio al ángel del SEÑOR en medio del camino, con la espada desenvainada, se apartó del camino para meterse en el campo. Pero Balán la golpeó para hacerla volver al camino. El ángel del SEÑOR se detuvo en un sendero estrecho que estaba entre dos viñas, con cercos de piedra a ambos lados. Cuando la burra vio al ángel del SEÑOR, se arrimó contra la pared, con lo que lastimó el pie de Balán. Entonces Balán volvió a pegarle. El ángel del SEÑOR se les adelantó y se detuvo en un lugar más estrecho, donde ya no había hacia dónde volverse. Cuando la burra vio al ángel del SEÑOR, se echó al suelo con Balán encima. Entonces se encendió la ira de Balán y golpeó a la burra con un palo. Pero el SEÑOR hizo hablar a la burra, y ella le dijo a Balán: ―¿Se puede saber qué te he hecho, para que me hayas pegado tres veces? Balán le respondió: ―¡Te has venido burlando de mí! Si hubiera tenido una espada en la mano, te habría matado de inmediato. La burra le contestó a Balán: ―¿Acaso no soy la burra sobre la que siempre has montado, hasta el día de hoy? ¿Alguna vez te hice algo así? ―No —respondió Balán. El SEÑOR abrió los ojos de Balán, y este pudo ver al ángel del SEÑOR en el camino y empuñando la espada. Balán se inclinó entonces y se postró rostro en tierra.