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Levítico 26:1-20

Levítico 26:1-20 NVI

»No os hagáis ídolos, ni levantéis imágenes ni piedras sagradas. No coloquéis en vuestro territorio piedras esculpidas ni os inclinéis ante ellas. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios. »Observad mis sábados y mostrad reverencia por mi santuario. Yo soy el SEÑOR. »Si os conducís según mis estatutos y obedecéis fielmente mis mandamientos, yo os enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos; la trilla durará hasta la vendimia, y la vendimia durará hasta la siembra. Comeréis hasta saciaros y viviréis seguros en vuestra tierra. »Yo traeré paz al país, y podréis dormir sin ningún temor. Quitaré de la tierra las bestias salvajes, y no habrá guerra en vuestro territorio. Perseguiréis a vuestros enemigos, y ante vosotros caerán a filo de espada. Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros perseguirán a diez mil, y ante vosotros vuestros enemigos caerán a filo de espada. »Yo os mostraré mi favor. Yo os haré fecundos. Os multiplicaré, y mantendré mi pacto con vosotros. Todavía estaréis comiendo de la cosecha del año anterior cuando tendréis que sacarla para dar lugar a la nueva. Estableceré mi morada en medio de vosotros, y no os aborreceré. Caminaré entre vosotros. Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que os saqué de Egipto para que dejarais de ser esclavos. Yo rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice caminar con la cabeza erguida. »Si no me obedecéis ni ponéis por obra todos estos mandamientos, sino que despreciáis mis estatutos y aborrecéis mis preceptos, y dejáis de poner por obra todos mis mandamientos, violando así mi pacto, entonces yo mismo os castigaré con un terror repentino, con enfermedades y con fiebre que os debilitarán, os harán perder la vista y acabarán con vuestra vida. En vano sembraréis vuestra semilla, porque se la comerán vuestros enemigos. Yo os negaré mi favor, y vuestros adversarios os derrotarán. Vuestros enemigos os dominarán, y vosotros huiréis sin que nadie os persiga. »Si después de todo esto seguís sin obedecerme, siete veces os castigaré por vuestros pecados. Yo quebrantaré vuestro orgullo y terquedad. Endureceré el cielo como el hierro y la tierra como el bronce, por lo que en vano agotaréis vuestras fuerzas, y ni el suelo ni los árboles del campo os darán sus frutos.