Jueces 5:1-12
Jueces 5:1-12 NVI
Aquel día, Débora y Barac hijo de Abinoán entonaron este canto: «Cuando los príncipes de Israel toman el mando, cuando el pueblo se ofrece voluntariamente, ¡bendito sea el SEÑOR! »¡Oíd, reyes! ¡Escuchad, gobernantes! Yo cantaré, cantaré al SEÑOR; tocaré música al SEÑOR, el Dios de Israel. »Oh SEÑOR, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde los campos de Edom, tembló la tierra, se estremecieron los cielos, las nubes derramaron agua. Temblaron las montañas al ver al SEÑOR, el Dios del Sinaí; al ver al SEÑOR, el Dios de Israel. »En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, los viajeros abandonaron los caminos y se fueron por sendas escabrosas. Los guerreros de Israel desaparecieron; desaparecieron hasta que yo me levanté. ¡Yo, Débora, me levanté como una madre en Israel! Cuando escogieron nuevos dioses, llegó la guerra a las puertas de la ciudad, pero no se veía ni un escudo ni una lanza entre cuarenta mil hombres de Israel. Mi corazón está con los príncipes de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendito sea el SEÑOR! »Vosotros, los que montáis asnas blancas y os sentáis sobre tapices, y vosotros, los que andáis por el camino, ¡poneos a pensar! La voz de los que cantan en los abrevaderos relata los actos de justicia del SEÑOR, los actos de justicia de sus guerreros en Israel. Entonces el ejército del SEÑOR descendió a las puertas de la ciudad. »¡Despierta, despierta, Débora! ¡Despierta, despierta, y entona una canción! ¡Levántate, Barac! Lleva cautivos a tus prisioneros, oh hijo de Abinoán.