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Génesis 48:8-19

Génesis 48:8-19 NVI

Al ver a los hijos de José, Israel preguntó: ―Y estos chicos, ¿quiénes son? ―Son los hijos que Dios me ha concedido aquí —le respondió José a su padre. Entonces Israel le dijo: ―Acércalos, por favor, para que les dé mi bendición. Israel ya era muy anciano, y por su avanzada edad casi no podía ver; por eso José los acercó, y su padre los besó y abrazó. Luego le dijo a José: ―Ya había perdido la esperanza de volver a verte, ¡y ahora Dios me ha concedido ver también a tus hijos! José los retiró de las rodillas de Israel y se postró rostro en tierra. Luego tomó a sus dos hijos, a Efraín con la derecha y a Manasés con la izquierda, y se los presentó a su padre. De esta manera, Efraín quedó a la izquierda de Israel, y Manasés, a su derecha. Pero Israel, al extender las manos, las entrecruzó y puso su derecha sobre la cabeza de Efraín, aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, aunque era el mayor. Y los bendijo con estas palabras: «Que el Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que me ha guiado desde el día en que nací hasta hoy, el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre y el de mis padres, Abraham e Isaac. Que crezcan y se multipliquen sobre la tierra». A José no le agradó ver que su padre pusiera su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, así que, tomando la mano de su padre, la pasó de la cabeza de Efraín a la de Manasés, mientras le reconvenía: ―¡Así no, padre mío! ¡Pon tu mano derecha sobre la cabeza de este, que es el primogénito! Pero su padre se resistió, y le contestó: ―¡Ya lo sé, hijo, ya lo sé! También él gestará a un pueblo, y llegará a ser importante. Pero su hermano menor será aún más importante, y su descendencia dará origen a muchas naciones.