2 CRÓNICAS 18
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La campaña de Ramot de Galaad#18,1—19,3: Excepcionalmente, el Cronista introduce un episodio de la historia del Reino del Norte, relacionado con el reinado de Josafat. Aunque sigue casi literalmente el modelo de 1 Re 22, modifica el principio y el final e introduce leves retoques.
(1 Re 22,4-35)
1Josafat llegó a tener grandes riquezas y honores, y emparentó#18,1: Josafat: La primera escena del relato (18,1-3) introduce la alianza entre los reyes de Judá e Israel y es recreación del Cronista, a partir de datos deuteronomistas. Esta alianza será posteriormente denunciada (ver 19,2).— emparentó: Jorán, hijo de Josafat, se casó con Atalía, hija de Ajab. con Ajab. 2Al cabo de unos años bajó a Samaría a visitar a Ajab, quien sacrificó en su honor y en el de sus acompañantes gran cantidad de ovejas y toros. Luego lo convenció para atacar Ramot de Galaad. 3Ajab, el rey de Israel, propuso a Josafat, rey de Judá:
— ¿Quieres venir conmigo a Ramot de Galaad?
Josafat le respondió:
— Yo y mi gente estamos a tu disposición e iremos contigo a la guerra.#2 Re 3,7.
4Y Josafat añadió al rey de Israel:
— Consulta#18,4: Consulta: La segunda escena (18,4-27) ocupa la parte central y es un relato profético, que refiere el enfrentamiento de los profetas cortesanos de Ajaz con Miqueas, el profeta del Señor. En el trasfondo late el conflicto entre verdadera y falsa profecía. antes al Señor.#2 Sm 2,1+.
5El rey de Israel reunió a unos cuatrocientos profetas#18,5: cuatrocientos profetas: Posiblemente eran profetas de Baal (ver nota a 1 Re 22,6). y les preguntó:
— ¿Podemos ir a atacar Ramot de Galaad o no?
Ellos le respondieron:
— Puedes ir, porque Dios te la va a entregar.
6Pero Josafat preguntó:
— ¿No hay por aquí algún profeta del Señor#18,6: profeta del Señor: En contraste con los profetas del rey. al que podamos consultar?
7El rey de Israel le respondió:
— Sí, aún queda alguien a través del cual podemos consultar al Señor: Miqueas, el hijo de Jimlá#18,7: Miqueas, el hijo de Jimlá: Distinto de su homónimo, Miqueas de Moréset, incluido entre los Doce Profetas llamados Menores.. Pero yo lo detesto, porque no me profetiza venturas, sino siempre desgracias.
Josafat le dijo:
— El rey no debe hablar así.
8Entonces el rey de Israel llamó a un funcionario y le dijo:
— ¡Que venga inmediatamente Miqueas, el hijo de Jimlá!
9El rey de Israel y Josafat, el rey de Judá, estaban sentados en sus tronos con sus vestiduras reales, en la plaza de la entrada de Samaría, mientras todos los profetas hacían profecías#18,9: hacían profecías: El verbo hebreo suele referirse a las prácticas extáticas u orgiásticas utilizadas por determinado profetismo antiguo (ver 1 Sm 10,10-11). ante ellos. 10Sedecías, el hijo de Quenaná, se hizo unos cuernos de hierro#18,10: cuernos de hierro: Ver nota a 1 Re 22,11. y decía:
— El Señor dice: “¡Con estos cuernos embestirás a los arameos hasta aniquilarlos!”.
11Y todos los profetas profetizaban lo mismo:
— ¡Ataca a Ramot de Galaad, que tendrás éxito! ¡El Señor la entregará al rey!
12Mientras, el mensajero que había ido a llamar a Miqueas le decía:
— Ten en cuenta que los profetas están anunciado unánimemente la victoria al rey, procura que tu profecía coincida también con la suya y anuncia la victoria.
13Miqueas contestó:
— ¡Juro por el Señor que sólo le anunciaré lo que me diga mi Dios!
14Cuando llegó ante el rey, este le preguntó:
— Miqueas, ¿podemos ir a atacar Ramot de Galaad o no?
Él le contestó:
— Ataquen, que tendrán éxito, pues el Señor se la entregará#18,14: entregará: Ver nota a 1 Re 22,15. a ustedes.
15Pero el rey le dijo:
— ¿Cuántas veces tendré que pedirte bajo juramento que me digas sólo la verdad en nombre del Señor?
16Entonces Miqueas dijo:
— He visto a todo Israel disperso por los montes como un rebaño sin pastor y el Señor decía: “No tienen dueño; que vuelvan en paz a sus casas”.
17El rey de Israel dijo a Josafat:
— ¿Qué te decía yo? No me profetiza venturas, sino desgracias.
18Miqueas añadió:
— Por eso, escuchen la palabra del Señor. He visto al Señor sentado en su trono y toda la corte celeste#18,18: corte celeste: Ver nota a 1 Re 22,19. estaba de pie, a su derecha y a su izquierda.#Is 6,1. 19El Señor preguntó: “¿Quién confundirá a Ajab, el rey de Israel, para que ataque a Ramot de Galaad y perezca?”. Unos decían una cosa y otros, otra. 20Entonces un espíritu se presentó ante el Señor y le dijo: “Yo lo confundiré”. Y el Señor preguntó: “¿Cómo lo harás?”. 21Él respondió: “Iré y me convertiré en espíritu de mentira en boca de todos sus profetas”. A lo que el Señor dijo: “¡Conseguirás confundirlo! Vete y hazlo así”. 22Ahora ya sabes que el Señor ha inspirado mentiras a estos profetas tuyos y ha anunciado tu desgracia.
23Entonces Sedecías, el hijo de Quenaná, se acercó a Miqueas, le dio una bofetada y le dijo:
— ¿Es que me ha abandonado el espíritu del Señor para hablarte a ti?
24Miqueas le respondió:
— Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de casa en casa.
25Entonces el rey de Israel ordenó:
— Agarren a Miqueas, entréguenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y al príncipe Joel 26y díganles: “El rey ha ordenado que lo metan en la cárcel y que le racionen el pan y el agua hasta que el rey regrese sano y salvo”.
27Miqueas le dijo:
— Si consigues regresar sano y salvo, es que el Señor no ha hablado por mi boca#18,27: por mi boca: Ver nota a 1 Re 22,28..
28El rey de Israel y Josafat, el rey de Judá, fueron a atacar#18,28: fueron a atacar: En esta última escena del relato (18,28—19,3) el Cronista omite algunos particulares de la batalla, como la huida en desbandada de las tropas aliadas y el sepelio de Ajab (ver 1 Re 22,35b-38). En cambio, introduce un significativo retoque (18,31b) y recrea el final del episodio (19,1-3). Ramot de Galaad. 29El rey de Israel dijo a Josafat:
— Yo voy a disfrazarme para entrar en combate, pero tú conserva tus vestiduras reales#18,29: tus vestiduras: Así el texto hebreo, aunque la versión griega, y en cierto modo el contexto (18,31), avalarían más bien: mis vestiduras..
Así que el rey de Israel entró en combate disfrazado. 30El rey de Siria había ordenado a sus jefes de carros que no atacasen ni a soldados ni a oficiales; sólo al rey de Israel. 31Cuando los jefes de carros vieron a Josafat creyeron que se trataba del rey de Israel y se dispusieron a atacarlo; pero Josafat se puso a gritar y el Señor lo ayudó#18,31: y el Señor lo ayudó: Significativo añadido cronista, que convierte un grito de guerra en una súplica a Dios que provoca la salvadora ayuda divina., apartándolos de él, 32pues cuando los jefes de los carros se dieron cuenta de que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo. 33Entonces un soldado lanzó una flecha al azar que hirió al rey de Israel, entrando por las juntas de la coraza. Inmediatamente el rey ordenó al conductor de su carro:
— Da la vuelta y sácame del campo de batalla, que estoy herido.
34Pero en aquel momento la batalla se recrudeció tanto, que el rey tuvo que aguantar en su carro haciendo frente a los sirios hasta el atardecer, y a la caída del sol murió.
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2 CRÓNICAS 18: BHTI
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La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso