Daniel 4
4
Nabucodonosor se vuelve loco
1 1 (3.31) Después de eso, Nabucodonosor dijo:
«Con mis mejores deseos de paz y abundancia para todos los pueblos de la tierra, yo, el rey Nabucodonosor, 2 2 (3.32) quiero contar las cosas tan maravillosas que el Dios altísimo ha hecho conmigo. 3 3 (3.33) ¡Qué grandes son sus milagros y maravillas! Su reino durará para siempre, y su poder nunca tendrá fin.
4 4 (4.1) »Mientras yo descansaba muy tranquilamente en mi palacio, 5 5 (2) tuve un sueño. Lo que vi en el sueño me asustó mucho. 6 6 (3) Entonces ordené que se presentaran ante mí todos los sabios de Babilonia, para que me explicaran el sueño. 7 7 (4) Cuando vinieron, les conté mi sueño; pero ninguno pudo decirme lo que significaba. 8-9 8-9 (5-6) Después se presentó Daniel. Nosotros lo conocemos como Beltsasar, en honor de mi dios. Yo sé que a Daniel lo guía el espíritu del Dios único. Por eso le conté mi sueño, y le dije:
»Tú, Beltsasar, eres más sabio que todos los sabios juntos. Yo sé que no hay nada que tú no sepas. He tenido un sueño, y quiero que me digas lo que significa. 10 10 (7) Esto fue lo que soñé:
»En medio de la tierra
había un árbol muy alto.
11 11 (8) No había otro árbol más fuerte;
no había otro árbol más grande.
Se podía ver desde lejos,
y llegaba hasta el cielo.
12 12 (9) Eran tan verdes sus hojas
y tan abundante su fruta,
que alcanzaba para alimentar
a todas las aves del cielo,
a todos los animales del campo
y a toda la gente.
13 13 (10) »Mientras yo seguía acostado,
un ángel bajó del cielo
14 14 (11) y a gritos anunció:
“¡Echen abajo ese árbol!
Córtenle las ramas,
déjenlo sin hojas,
arránquenle su fruta.
Que se vayan los animales
que se cubren con su sombra;
que se vayan los pájaros
que anidan en sus ramas.
15-16 15-16 (12-13) Déjenle sólo el tronco,
y no le arranquen las raíces.
Déjenlo entre la hierba del campo,
y que lo riegue el rocío.
”Dejen que ese árbol,
que es el rey Nabucodonosor,
cambie su manera de pensar
y se vuelva como los animales.
Déjenlo que coma hierba,
como los animales,
y sujétenlo con cadenas
durante siete años.
17 17 (14) ”Los mensajeros de Dios
han decidido castigarlo.
Así todo el mundo sabrá
que solo el Dios altísimo
gobierna a todos los reinos.
Hace rey a quien él quiere,
y hace jefe de un país
a la persona más sencilla”.
18 18 (15) »Este es el sueño que tuve, y que ningún sabio me pudo explicar. Pero yo sé que tú puedes hacerlo, porque el espíritu del Dios único está en ti».
19 19 (16) Daniel estaba muy preocupado por las ideas que le venían a la cabeza, así que se quedó callado. Pero el rey lo llamó por su otro nombre y le dijo:
—No te preocupes, Beltsasar. Dime lo que significa el sueño.
Y Daniel le contestó:
—¡Cómo quisiera yo que el significado del sueño tuviera que ver con los enemigos de Su Majestad! 20-22 20-22 (17-19) El árbol grande y poderoso que usted vio en su sueño es usted mismo. Su Majestad llegó a ser tan poderoso que su grandeza llegaba hasta el cielo. Y así como el árbol tenía hojas muy verdes, y todos comían de su fruta, así también Su Majestad cubría toda la tierra, y todo el mundo sabía de su poder.
23 23 (20) »En el sueño usted vio que un ángel bajaba del cielo, y ordenaba que cortaran el árbol. Pero tenían que dejarle el tronco y las raíces, y sujetarlo con cadenas durante siete años. Además, el árbol debía quedarse en el campo, junto con los animales.
24 24 (21) »Eso quiere decir que el Dios altísimo ha decidido castigar a Su Majestad. 25 25 (22) Usted ya no vivirá con la gente, sino que vivirá con los animales, y comerá hierba como ellos. Se bañará con el rocío del cielo, y así estará usted durante siete años. Al final de esos siete años, Su Majestad reconocerá que solo el Dios altísimo gobierna a todos los reinos del mundo, y que solo él puede hacer rey a quien él quiere.
26 26 (23) »Al árbol se le dejaron el tronco y las raíces. Eso quiere decir que Su Majestad volverá a reinar, pero solo cuando haya reconocido el poder del Dios del cielo.
27 27 (24) »Yo le aconsejo a Su Majestad que deje de hacer lo malo, y que ayude a la gente pobre y necesitada. Tal vez así pueda vivir Su Majestad tranquilo y feliz.
28 28 (25) Lo que Daniel le dijo al rey Nabucodonosor se hizo realidad. 29 29 (26) Un año después, el rey andaba paseando por su palacio 30 30 (27) y dijo: «¡Qué grande es Babilonia! ¡Yo fui quien la hizo grande y hermosa, para mostrar mi poder a todo el mundo!»
31 31 (28) Todavía estaba hablando el rey, cuando se oyó una voz del cielo que le dijo:
«Rey Nabucodonosor, a partir de este momento dejarás de ser rey. 32 32 (29) No vivirás ya entre la gente, sino que vivirás siete años entre los animales. Comerás hierba del campo, como ellos, hasta que reconozcas que el Dios altísimo es el único rey de este mundo. Solo Dios puede hacer rey a quien él quiere que sea rey».
33 33 (30) Estas palabras se cumplieron inmediatamente, y el rey dejó de vivir entre la gente. Comía pasto, como los toros, y se bañaba con el rocío del cielo. Sus cabellos parecían plumas de águila, y sus uñas parecían garras de pájaro.
Nabucodonosor sana de su locura
34 34 (31) «Al cabo de los siete años, yo, Nabucodonosor, dejé de estar loco. Entonces levanté los ojos al cielo y le di gracias al Dios altísimo, que vive para siempre. Lo alabé y le dije:
“Tu poder durará para siempre,
y tu reino no tendrá fin.
35 35 (32) Ante ti, nada podemos hacer
los que vivimos en la tierra.
Tú haces lo que quieres
con los ejércitos del cielo
y con los habitantes del mundo.
Nadie puede oponerse a ti,
ni hacerte ningún reclamo”.
36 36 (33) »Tan pronto como dije esto, sané de mi locura y recuperé la grandeza de mi reino. ¡Volví a ser el mismo de antes! Todos mis consejeros y jefes de mi reino vinieron a servirme, y llegué a ser más poderoso que antes. 37 37 (34) Por eso alabo y adoro al Rey del cielo, pues todo lo que hace está bien hecho. Él es un Dios justo, que humilla a los que son orgullosos. Lo digo yo, el rey Nabucodonosor».
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Daniel 4: TLAI
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Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.