Sumérgete en el río de DiosBeispiel

Sumergidos para cambiar ambientes

Cuando por una invitación de un familiar o amigo, tienes que llegar a una fiesta, porque Dios nos ha llamado a ser luz... y aquí muchos dirán: «¡ay no, yo no podría ir a una fiesta!, allí va a haber gente bailando, o bebiendo alcohol»; pues sí, eso va a pasar; pero tenemos que ser luz aún en medio de esos ambientes, verlo como una oportunidad para compartir de tu fe. ¿Quién les va a decir si no eres tú? Sin embargo, debemos tomar en cuenta, que tenemos que ser luz, no mezclarnos en las cosas que no nos convienen.

A donde vamos, tenemos que ser luz, hay ambientes que «están salados»; existen ambientes en donde no está el Espíritu de Dios. Donde tú vas todo cambia, ¿sabes por qué?, ¡porque eres portador de la gloria de Dios!; eres portador de Dios y a donde llegas, llega Cristo, esa es la autoridad que se nos dio. Por mi trabajo, debo asistir a varias reuniones, y cuando entro a todas esas juntas, ¿crees que no me da miedo entrar allí y ver gente mega exitosa?, pero ahí es cuando recapacito y pienso, ¡no eres tú, es el que llevas dentro! Eres el que lleva la batuta en todo, ellos se tienen que doblar ante tu Señor; no importa cuántas cifras tengan en su cuentas, todos ellos se van a doblar delante del Rey de reyes, y se van a arrodillar ante Él; ante el que portamos. 

Un día, tuve que llegar a una junta de aclaraciones de Pemex, acerca de una licitación. Estaban tomando lista a todos los técnicos, y empiezan a decir: Ingeniero Juan Pérez, ¡presente!, Ingeniero Miguel López, ¡presente!, Ingeniero Juan Salinas, ¡presente!; luego dijeron: Ingeniero Víctor Cárdenas, y dije: bueno caballero, le quiero confesar algo, estoy presente; ¡pero no soy Ingeniero!, él se sonrío y dijo: ¡no te preocupes!, ninguno de ellos es ingeniero, y aun así todos aquí somos ingenieros. El caso es que llego, y hasta en ingeniero me convierto. El tema es que, a donde vas, el ambiente tiene que cambiar porque eres portador de su gloria. 

¡Es un privilegio inmenso representar a Cristo a donde sea que vayas! y no solo es un privilegio, es una responsabilidad. Tenemos y debemos portarnos bien, hacer lo correcto, ser luz, hay que tener límites; porque traemos a Cristo el Señor adentro.