1 REYES 8
8
El arca del pacto, instalada en el templo
(2 Cr 5.2-14)
1Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a las personas principales de las familias israelitas, para trasladar el arca del pacto#8.1 Arca del pacto: Véase Ex 25.10-22 n. Cf. también 2 S 6.12-16; 1 Cr 15.25-29. del Señor desde Sión, la Ciudad de David.#8.1 Ciudad de David: Cf. 2 S 5.9. 2Y en el día de la fiesta solemne,#8.2 En el día de la fiesta solemne: Se trata sin duda de la fiesta de las Enramadas, llamada tradicionalmente de los Tabernáculos (Lv 23.33-44; Nm 29.12-40). en el mes de Etanim,#8.2 Etanim corresponde a los meses de septiembre-octubre de nuestro calendario. que es el séptimo mes del año, se reunieron con el rey Salomón todos los israelitas. 3Llegaron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca 4y la trasladaron junto con la tienda del encuentro#8.4 2 S 6.17. con Dios y con todos los utensilios sagrados que había en ella, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas. 5El rey Salomón y toda la comunidad israelita que se había reunido con él, estaban delante del arca ofreciendo en sacrificio ovejas y toros en cantidad tal que no se podían contar. 6Después llevaron los sacerdotes el arca del pacto del Señor al interior del templo, hasta el Lugar Santísimo,#8.6 Lugar Santísimo: Véase 1 R 6.1-38 n. bajo las alas de los seres alados#8.6 Seres alados: Véase 1 R 6.23 n. 7que tenían sus alas extendidas sobre el sitio donde estaba el arca, cubriendo por encima tanto el arca como sus travesaños. 8Pero los travesaños eran tan largos que sus extremos se veían desde el Lugar Santo, frente al Lugar Santísimo, aunque no podían verse por fuera; y así han quedado hasta hoy. 9En el arca no había más que las dos tablas de piedra que Moisés había puesto allí en Horeb,#8.9 Dt 10.5. Horeb: Véase Ex 3.1 n. las tablas del pacto que el Señor hizo con los israelitas cuando salieron de Egipto.
10Al salir los sacerdotes del Lugar Santo, la nube llenó el templo del Señor,#8.10-11 Acerca de la nube como manifestación visible de la presencia del Señor en el templo, cf. Ex 40.34-38; Ez 10.3, y también Ex 14.19-20; 19.16. 11y por causa de la nube los sacerdotes no pudieron quedarse para celebrar el culto, porque la gloria del Señor#8.11 Según el AT, la gloria del Señor es la irradiación luminosa del ser y la santidad de Dios (cf. Nm 14.10; Is 6.3; Ez 1.28), que a veces se manifiesta en ciertos fenómenos de la naturaleza: las nubes, la tempestad, el fuego y la luz (cf. Ex 16.7,10; 24.16; 40.34-35; 2 Cr 5.14; Sal 19.1). Según Jn 1.14, la gloria escondida de Dios se puso de manifiesto en Cristo. Véase Jn 1.14 nota ñ. había llenado su templo.
Salomón dedica el templo
(2 Cr 6.1–7.10)
12Entonces Salomón dijo:
“Tú, Señor, has dicho
que habitas en la oscuridad.#8.12 Habitas en la oscuridad: alusión al Lugar Santísimo del templo, que por carecer de ventanas estaba siempre en la penumbra.
13Yo te he construido
un templo para que vivas en él,
un lugar donde vivas para siempre.”#8.12-13 La versión griega (LXX) completa la primera parte de este pequeño poema (insertado en el v. 53) de la siguiente manera: El Señor, que hizo brillar el sol en el cielo, ha decidido habitar en la nube oscura. Además, según esa misma versión, este fragmento poético fue tomado del Libro del Justo (véase Jos 10.13 n.).
14Luego el rey se volvió de frente a toda la comunidad israelita, que estaba de pie, y la bendijo 15diciendo: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha cumplido lo que prometió a David, mi padre, cuando le dijo: 16‘Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no había escogido yo ninguna ciudad entre todas las tribus de Israel para que en ella se construyera un templo donde residiera mi nombre. Pero escogí a David para que gobernara a mi pueblo Israel.’ 17Y David, mi padre, tuvo el deseo de construir un templo en honor del Señor, Dios de Israel. 18Sin embargo, el Señor le dijo: ‘Haces bien en querer construirme un templo; 19pero no serás tú quien lo construya, sino el hijo que tendrás. Él será quien me construya el templo.’#8.16-19 2 S 7.1-13; 1 Cr 17.1-12.
20“Pues bien, el Señor ha cumplido su promesa. Tal como dijo, yo he tomado el lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel y he construido un templo al Señor, el Dios de Israel. 21Además he destinado en él un lugar para el arca donde está el pacto#8.21 Donde está el pacto: La palabra pacto, en este contexto, se refiere concretamente a las tablas de piedra (cf. v. 9) donde estaban grabados los diez mandamientos. Acerca del significado de la palabra pacto o alianza en Deuteronomio y en la corriente deuteronomista, véase Dt 4.13 nota g. que el Señor hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto.”
22Después se puso Salomón delante del altar del Señor, y en presencia de toda la comunidad israelita extendió sus manos al cielo#8.22 Extendió sus manos al cielo: actitud de oración típica del antiguo Oriente (Ex 9.29; Is 1.15; 2 Mac 3.20). El suplicante, puesto de pie, levantaba los brazos con las palmas de las manos vueltas hacia el cielo. 23y exclamó: “Señor, Dios de Israel: ni en el cielo ni en la tierra hay un Dios como tú, que cumples tu pacto y muestras tu bondad para con los que te sirven de todo corazón; 24que has cumplido lo que prometiste a tu siervo David, mi padre, uniendo así en este día la acción a la palabra. 25Por lo tanto, Señor, Dios de Israel, cumple también lo que prometiste a tu siervo David, mi padre: que no le faltaría un descendiente que, con tu favor, subiera al trono de Israel, con tal de que sus hijos cuidaran su conducta y se comportaran en tu presencia como él se comportó.#8.25 2 S 7.11-16; 1 R 2.4. Véase también 1 R 6.11-13 n. 26Así pues, Dios de Israel, haz que se cumpla la promesa que hiciste a mi padre, tu servidor David.
27“Pero ¿será verdad que Dios puede vivir sobre la tierra? Si el cielo, en toda su inmensidad, no puede contenerte, ¡cuánto menos este templo que he construido para ti!#8.27 2 Cr 2.6. 28No obstante, Señor y Dios mío, atiende mi ruego y mi súplica; escucha el clamor y la oración que este siervo tuyo te dirige hoy. 29No dejes de mirar, ni de día ni de noche, este templo, lugar donde tú has dicho que estarás presente.#8.29 Dt 12.11. Lugar donde... estarás presente: lit. el lugar del cual dijiste: Allí estará mi Nombre. Escucha la oración que aquí te dirige este siervo tuyo. 30Escucha mis súplicas y las de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Escúchalas en el cielo, lugar donde vives, y concédenos tu perdón.
31“Cuando alguien cometa una falta contra su prójimo y se le obligue a jurar ante tu altar en este templo, 32escucha tú desde el cielo, y actúa; haz justicia a tus siervos. Condena al culpable, haciendo recaer sobre él el castigo por sus malas acciones, y haz justicia al inocente, según le corresponda.
33“Cuando el enemigo derrote a tu pueblo Israel por haber pecado contra ti, si luego este se vuelve a ti, y alaba tu nombre, y en sus oraciones te suplica en este templo, 34escúchale tú desde el cielo, perdona su pecado, y hazle volver al país que diste a sus antepasados.
35“Cuando haya una sequía y no llueva porque el pueblo pecó contra ti, si luego ora hacia este lugar, y alaba tu nombre, y se arrepiente de su pecado a causa de tu castigo, 36escúchale tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino que deben seguir. Envía entonces tu lluvia a esta tierra que diste en herencia a tu pueblo.
37“Cuando en el país haya hambre, o peste, o las plantas se sequen por el calor, o vengan plagas de hongos, langostas o pulgón; cuando el enemigo rodee nuestras ciudades y las ataque, o cuando venga cualquier otra desgracia o enfermedad, 38-39escucha tú toda oración o súplica hecha por cualquier persona –o por todo tu pueblo Israel– que al ver su desgracia y dolor extienda sus manos en oración hacia este templo. Escucha desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y concede tu perdón; intervén y da a cada uno según merezcan sus acciones, pues solo tú conoces las intenciones y el corazón del hombre. 40Así te honrarán mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.
41“Aun si un extranjero, uno que no sea de tu pueblo, por causa de tu nombre viene de tierras lejanas 42y ora hacia este templo (ya que se oirá hablar de tu nombre grandioso y de tu gran despliegue de poder), 43escucha tú desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y concédele todo lo que te pida, para que todas las naciones de la tierra te conozcan y te honren como lo hace tu pueblo Israel, y comprendan que tu nombre es invocado en este templo que yo te he construido.
44“Cuando tu pueblo salga a luchar contra sus enemigos, dondequiera que tú lo envíes, si ora a ti en dirección de la ciudad que tú escogiste y del templo que yo te he construido, 45escucha tú desde el cielo su oración y su ruego, y defiende su causa.
46“Y cuando pequen contra ti, pues no hay nadie que no peque, y tú te enfurezcas con ellos y los entregues al enemigo para que los haga cautivos y se los lleve a su país, sea lejos o cerca; 47si en el país adonde hayan sido desterrados se vuelven a ti y te suplican y reconocen que han pecado y hecho lo malo; 48si se vuelven a ti con todo su corazón y toda su alma en el país enemigo adonde los hayan llevado cautivos, y oran a ti en dirección de esta tierra que diste a sus antepasados, y de la ciudad que escogiste, y del templo que te he construido, 49escucha tú sus oraciones y súplicas desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y defiende su causa. 50Perdona a tu pueblo sus pecados contra ti, y todas sus rebeliones contra ti. Y concede que quienes lo desterraron tengan piedad de él. 51Porque es tu pueblo y te pertenece; tú lo sacaste de Egipto, que era como un horno de fundición.#8.51 Como un horno de fundición: Esta misma imagen, que se refiere a los sufrimientos y a la opresión de los israelitas en Egipto, se encuentra también en Dt 4.20; Jer 11.4.
52“Atiende, pues, la oración de tu servidor y la súplica de tu pueblo Israel. ¡Óyenos, oh Dios, cuando clamemos a ti! 53Porque tú, Señor, los apartaste como propiedad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, según dijiste por medio de tu servidor Moisés cuando sacaste de Egipto a nuestros antepasados.”
54Cuando Salomón terminó esta oración y súplica al Señor, que hizo de rodillas delante del altar y levantando sus manos al cielo, 55se puso de pie y bendijo a toda la comunidad israelita, diciendo en voz alta: 56“¡Bendito sea el Señor, que ha concedido la paz a su pueblo Israel, según todo lo que ha prometido! Pues no ha dejado de cumplir ninguna de las buenas promesas que hizo por medio de su siervo Moisés.#8.56 Dt 12.10; Jos 21.44-45.
57“Y ahora, que el Señor nuestro Dios esté con nosotros como estuvo con nuestros antepasados. Que no nos abandone ni nos deje, 58sino que incline nuestro corazón hacia él para que en todo hagamos su voluntad y cumplamos los mandamientos, leyes y decretos que mandó cumplir a nuestros antepasados. 59Que estas cosas que he pedido al Señor nuestro Dios las tenga él siempre presentes, día y noche, para que haga justicia a su siervo y a su pueblo Israel, según sea necesario, 60y para que todas las naciones de la tierra conozcan que el Señor es Dios y que no hay otro. 61Por lo tanto, sed sinceros con el Señor nuestro Dios, cumplid sus leyes y obedeced sus mandamientos, como en este día.”#8.61 Cf. Dt 10.12-22.
62Después de esto, el rey y todo Israel ofrecieron sacrificios al Señor. 63Y Salomón ofreció al Señor veintidós mil toros y ciento veinte mil#8.63 Veintidós mil... ciento veinte mil: Véase 1 R 3.4 nota g. ovejas, como sacrificios de reconciliación.#8.63 Sacrificios de reconciliación: Véase Lv 3.1 n. Cf. también 2 S 6.17-19; Neh 12.27-43.
Así fue como el rey y todos los israelitas consagraron el templo del Señor. 64El mismo día, el rey consagró el centro del atrio que está frente al templo del Señor, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas de cereales y la grasa de los sacrificios de reconciliación, porque el altar de bronce que había delante del Señor era pequeño y no cabían los holocaustos, las ofrendas de cereales y la grasa de los sacrificios de reconciliación.#8.64 Acerca de estas distintas formas de sacrificios, véanse Lv 1–7 y las notas correspondientes.
65En dicha ocasión, Salomón y todo Israel, una gran muchedumbre que había venido desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto,#8.65 Desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto: Con esta expresión se abarca todo el territorio de Palestina, indicando respectivamente sus extremos norte y sur. Véase Jue 3.3 n. e Índice de mapas; cf. también Am 6.14; 2 R 14.25. celebraron la fiesta de las Enramadas#8.65 Fiesta de las Enramadas: lit. fiesta de siete días. Véase 1 R 8.2 nota c; cf. Neh 8.14-18. en honor del Señor nuestro Dios, y otra fiesta de siete días; en total, catorce días de fiesta. 66Al día siguiente#8.66 Al día siguiente: lit. al octavo día. despidió al pueblo, y ellos bendijeron al rey y se fueron a sus casas alegres y satisfechos por todo el bien que el Señor había hecho a David, su servidor, y a su pueblo Israel.
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Sociedad Bíblica de España