1 CORINTIOS 11
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1Seguid mi ejemplo,#11.1 1 Co 4.16; Flp 3.17. como yo sigo el ejemplo de Cristo.
V. LA VIDA DE LA IGLESIA (11.2-34)
1. Las mujeres en el culto (11.2-16)#11.2-16 No obstante la posición inferior de la mujer en la sociedad de aquellos tiempos, las mujeres tuvieron desde el principio una participación bastante activa en la iglesia cristiana (cf. Ro 16.1,6,12; Flp 4.2-3). Pablo reconoce la igualdad en Cristo de hombres y mujeres (Gl 3.28), y permite que ambos oren y profeticen en el culto público (v. 5). Sin embargo, argumentando sobre la base de Gn 1.26-27 (véase 1 Co 11.7 n.), sostiene que la mujer está sometida a la autoridad del hombre, e insiste en que, como símbolo de tal autoridad, la mujer en el culto debe llevar cubierta la cabeza (1 Co 11.5 nota e).
2Os felicito porque siempre os acordáis de mí, y porque mantenéis las tradiciones que os he transmitido.#11.2 Pablo alude aquí a las tradiciones propias de la iglesia. Algunas de estas tradiciones se refieren a la historia de Jesús (1 Co 11.23; 15.1-3), otras, a la recta manera de creer y de comportarse (cf. también 2 Ts 2.15; 3.6). 3Pero quiero que sepáis que Cristo es cabeza de todo hombre, y que el esposo es cabeza de su esposa, como Dios es cabeza de Cristo. 4Todo hombre que se cubre la cabeza cuando ora o cuando comunica mensajes proféticos deshonra a aquel que es su cabeza.#11.4 La cabeza: Cristo (v. 3). En todo el pasaje se juega con los sentidos literal y figurado de la palabra cabeza. 5En cambio, si una mujer no se cubre la cabeza#11.5 No se cubre la cabeza: Según la costumbre oriental, la mujer casada no debía salir de casa sin llevar un velo sobre el cabello y parte de la cara. cuando ora o cuando comunica mensajes proféticos deshonra a aquel que es su cabeza.#11.5 Su cabeza: probablemente, su marido (v. 3; véase 11.2-16 n.). Es igual que si se la hubiera rapado. 6Por lo tanto, si una mujer no se cubre la cabeza, más vale que se la rape de una vez; y si la mujer considera vergonzoso cortarse el cabello o raparse la cabeza, entonces que se la cubra. 7El hombre no debe cubrirse la cabeza porque es imagen de Dios y refleja la gloria de Dios.#11.7 Pablo parece basar su argumento en Gn 1.26-27, aunque en ese pasaje la palabra hebrea traducida por hombre se refiere al género humano, y considera ambos sexos como creados igualmente a imagen de Dios. Pero la mujer refleja la gloria del hombre, 8pues el hombre no fue sacado de la mujer, sino la mujer del hombre. 9Y el hombre no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del hombre.#11.8-9 Gn 2.18-23; cf. 1 Ti 2.13. 10Precisamente por esto, y por causa de los ángeles,#11.10 Ángeles: considerados como guardianes del orden en el mundo y en el culto (1 Ti 5.21). la mujer debe llevar sobre la cabeza una señal de autoridad.#11.10 Una señal de autoridad: lit. autoridad; probablemente el velo, como símbolo de la autoridad y de la protección que ejerce el marido (11.5 nota f). 11Sin embargo, en la vida cristiana, ni el hombre existe sin la mujer ni la mujer sin el hombre. 12Pues aunque es cierto que la mujer fue formada del hombre, también lo es que el hombre nace de la mujer; y todo tiene su origen en Dios.#11.11-12 Cf. Gl 3.28. Aquí, reconociendo la reciprocidad entre los sexos, Pablo aclara lo dicho en 11.8-9.
13Juzgad vosotros mismos si está bien que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza. 14La misma naturaleza nos enseña que es una vergüenza para el hombre dejarse crecer el cabello; 15en cambio, para la mujer es una honra dejárselo crecer, porque a ella se le ha dado el cabello largo para que le cubra la cabeza.#11.14-15 La misma naturaleza: Las diferencias en el modo de vestirse entre hombres y mujeres se consideran aquí como una expresión natural de las cosas. 16En todo caso, si alguno quiere discutir este asunto, sepa que ni nosotros ni las iglesias de Dios conocemos otra costumbre.
2. Celebración de la Cena del Señor (11.17-34)
Abusos
17Al escribiros lo que sigue no puedo felicitaros, pues parece que vuestras reuniones os hacen daño en vez de haceros bien. 18En primer lugar, se me ha dicho que cuando os reunís como comunidad hay divisiones entre vosotros,#11.18 Divisiones entre vosotros: Cf. 1 Co 1.10-12; 3.3; puede tratarse de discriminaciones sociales a la hora de reunirse para las comidas en común (11.20-22 n.); véase 11.21 n. y en parte lo creo. 19¡No cabe duda de que tenéis que dividiros en partidos para que se sepa quiénes son los verdaderos cristianos!#11.19 Nótese el tono irónico de Pablo. 20El resultado de esas divisiones es que la cena que tomáis en vuestras reuniones no es ya realmente la Cena del Señor.#11.20-22 Los cristianos se reunían en un “ágape” o cena común, y como parte de ella celebraban la Cena del Señor o Eucaristía (Hch 2.46 n.). 21Porque a la hora de comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y mientras unos se quedan con hambre, otros hasta se emborrachan.#11.21 La norma era que cada cual aportara alguna comida, para luego compartirla; pero en Corinto había quienes llevaban todo un banquete para sí mismos y no lo compartían con los pobres, que llevaban muy poco (cf. vs. 33-34). 22¿No tenéis casas donde comer y beber? ¡Por qué menospreciáis la iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué voy a deciros? ¿Podré acaso felicitaros? ¡En esto no os felicito!
La Cena del Señor#11.23-26 El relato coincide aquí básicamente con el de los evangelios, que se escribieron más tarde; véanse los pasajes paralelos. Véase también 1 Co 11.2 n.
(Mt 26.26-29; Mr 14.22-25; Lc 22.14-20)
23Porque yo recibí del Señor esta enseñanza que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan en sus manos, 24y después de dar gracias a Dios lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo,#11.24 Esto es mi cuerpo: Véase Mt 26.26-28 n. entregado a muerte en favor vuestro. Haced esto en memoria de mí.” 25Así también, después de la cena tomó en sus manos la copa y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto#11.25 Jer 31.31-34. confirmado con mi sangre.#11.25 Ex 24.6-8; véase Mt 26.28 nota p. Cada vez que bebáis, hacedlo en memoria de mí.” 26De manera que, hasta que venga el Señor, proclamáis su muerte cada vez que coméis de este pan y bebéis de esta copa.#11.26 En esta celebración, la comunidad proclama la muerte del Señor como el acto redentor que tendrá su culminación cuando él regrese.
Del participar dignamente de la Cena del Señor
27Así pues, cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, comete un pecado contra el cuerpo y la sangre del Señor.#11.27 El cuerpo y la sangre del Señor: Cf. 11.24-25. 28Por tanto, examine cada uno su propia conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. 29Porque el que come y bebe sin considerar que se trata del cuerpo del Señor, para su propio castigo come y bebe. 30Por eso, muchos entre vosotros están enfermos y débiles, e incluso algunos han muerto. 31Si nos examináramos bien a nosotros mismos, el Señor no tendría que castigarnos, 32aunque si el Señor nos castiga es para que aprendamos y no seamos condenados con los que son del mundo.#11.31-32 Cf. Dt 8.5; Heb 12.5-11.
33Así que, hermanos míos, cuando os reunáis para comer esperaos unos a otros. 34Si alguno tiene hambre, que coma en su propia casa, para que Dios no tenga que castigaros por esa clase de reuniones.#11.33-34 Cf. vs. 20-22. Los otros asuntos los arreglaré yo cuando vaya a veros.
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