LEVÍTICO 8
8
II. INVESTIDURA DE LOS PRIMEROS SACERDOTES (8–10)
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Ex 29.1-37)
1El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2“Toma a Aarón y a sus hijos, y toma además las ropas sacerdotales, el aceite de consagrar, el becerro que se sacrifica por el pecado, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura, 3y reúne a toda la comunidad a la entrada de la tienda del encuentro.”
4Moisés hizo lo que el Señor le había ordenado, y la comunidad se reunió a la entrada de la tienda del encuentro. 5Entonces Moisés dijo a la comunidad: “Esto es lo que el Señor ha ordenado que se haga.”
6Luego hizo Moisés que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua. 7Después puso la túnica a Aarón, le ajustó el cinturón y le vistió con la capa; luego le puso encima el efod y se lo ajustó bien con la misma cinta del efod. 8Después le puso encima el pectoral, y en el pectoral puso el Urim y el Tumim.#8.8 El Urim y el Tumim: Véase Ex 28.30 n. 9Luego le puso el turbante en la cabeza, y sobre él, por la parte de la frente, colocó la placa de oro que le consagraba como sacerdote, tal como el Señor se lo había ordenado.#8.7-9 Para una descripción más detallada de las vestimentas sacerdotales, cf. Ex 28; 39.1-31.
10Después Moisés tomó el aceite#8.10 El aceite, que hace brillar el rostro (Sal 104.15), era utilizado en todo el antiguo Oriente para proteger la piel y conservar su brillo y tersura. Mezclado con aromas, se empleaba como perfume (Est 2.12); también se usaba como remedio (Is 1.6; Lc 10.34), y se solía derramar sobre la cabeza de un huésped de honor (Sal 23.5; Lc 7.46; cf. Mc 14.3). Al ser ungido con el aceite sagrado (cf. Ex 30.22-33), el rey se convertía en el ungido del Señor (véase Sal 2.2 n.), lleno de su Espíritu (1 S 16.13) y, por lo tanto, inviolable (1 S 24.6; 26.9; 2 S 1.14). De manera semejante, la unción consagraba a los sacerdotes (cf. v. 30) para el servicio del Señor en el culto del santuario y como encargados de instruir al pueblo (Lv 10.11). Véase Introducción. de consagrar y lo derramó sobre el santuario y sobre todo lo que había dentro, y así lo consagró. 11Con el mismo aceite roció el altar siete veces, y lo derramó sobre el altar y sobre todos sus utensilios, y también sobre la palangana y su base, para consagrarlos.#8.10-11 Ex 40.9-11. Mediante este rito de consagración, el santuario y el altar son separados del uso profano e introducidos en la esfera de lo sagrado.
12Luego derramó Moisés sobre la cabeza de Aarón el aceite de consagrar, para consagrarle como sacerdote. 13Hizo también que los hijos de Aarón se acercaran, y los vistió con las túnicas, les ajustó los cinturones y les puso los turbantes, tal como el Señor se lo había ordenado.
14Después Moisés mandó traer el becerro que se sacrifica por el pecado, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro. 15Entonces Moisés lo degolló y, tomando sangre con sus dedos, untó con ella los cuernos alrededor del altar, para purificarlo, y la sangre restante la derramó al pie del altar. Así el altar quedó consagrado para obtener allí el perdón de los pecados.
16Después Moisés tomó toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasa que está sobre el hígado, y los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar; 17pero al resto del becerro, es decir, a su piel, carne y desechos, les prendió fuego fuera del campamento, tal como el Señor se lo había ordenado.
18Moisés hizo que acercaran el carnero que se ofrece en holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 19Luego Moisés lo degolló, y derramó la sangre por encima y alrededor del altar, 20cortó el carnero en pedazos, y quemó la cabeza, los pedazos y la grasa; 21después lavó con agua las vísceras y las patas del carnero, y lo quemó todo en el altar como holocausto, como ofrenda de aroma agradable al Señor, tal como el Señor se lo había ordenado.
22Luego Moisés hizo que trajeran el otro carnero, el de la ceremonia de consagración, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 23Después Moisés lo degolló, tomó un poco de sangre y untó con ella a Aarón la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho. 24Luego hizo que se acercaran los hijos de Aarón, y también les untó con sangre la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho; después derramó la sangre restante por encima y alrededor del altar.
25Luego Moisés tomó la grasa, la cola, toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasa que está sobre el hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho. 26Del canastillo de los panes sin levadura que se pone ante el Señor, tomó Moisés una torta sin levadura, una torta amasada con aceite y una hojuela, y las puso junto con las grasas y el muslo derecho; 27luego puso todo esto en las manos de Aarón y de sus hijos, para que celebraran ante el Señor el rito de presentación. 28Luego recogió Moisés todo esto de sus manos y lo quemó en al altar junto con el holocausto, como ofrenda de consagración de aroma agradable: ofrenda quemada en honor del Señor.
29Después Moisés tomó el pecho y celebró ante el Señor el rito de presentación. Esa parte del carnero de la consagración fue la que le tocó a Moisés, tal como el Señor se lo había ordenado.
30Tomó luego Moisés un poco de aceite de consagrar y de la sangre que estaba sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus hijos, así como sobre la ropa sacerdotal de todos ellos. Así consagró a Aarón y a sus hijos, y la ropa sacerdotal de todos ellos.#8.1-30 Cf. Ex 29.
31Después Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Coced la carne a la entrada de la tienda del encuentro, y comedla allí mismo con el pan del canastillo de las consagraciones, tal como el Señor me lo ordenó cuando dijo:#8.31 Tal como el Señor me lo ordenó cuando dijo: según varias versiones antiguas. Heb. tal como yo ordené. ‘Aarón y sus hijos comerán esta carne.’ 32Quemad después la carne y el pan que sobren, 33y no os alejéis de la entrada de la tienda del encuentro durante siete días, que es lo que dura el periodo de vuestra consagración. 34El Señor ha ordenado que el rito para obtener el perdón de los pecados cometidos por vosotros se celebre tal como se ha hecho hoy. 35Por lo tanto, deberéis quedaros día y noche a la entrada de la tienda del encuentro, durante siete días. Respetad la orden del Señor y no moriréis, pues esa es la orden que recibí.”
36Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor había ordenado por medio de Moisés.
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