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1 MACABEOS 3

3
II.— JUDAS MACABEO, LÍDER DEL LEVANTAMIENTO (3,1—9,22)
Judas inicia sus campañas
1Judas, llamado Macabeo, sucedió a su padre. 2Lo apoyaron todos sus hermanos y todos los que habían seguido a su padre, manteniendo con entusiasmo la lucha por Israel.
3Él extendió la fama de su pueblo,
como un héroe revestido de su coraza
que se ciñe sus armas de guerra.
Entró en combate protegiendo
el campamento con su espada.
4Por sus proezas era como un león,
como un cachorro que ruge ante su presa.
5Persiguió sin descanso a los malvados,
y entregó como pasto de las llamas
a los que perturbaban al pueblo.#5,5.44; 2 Ma 8,33.
6Los impíos se llenaron de terror;
temblaron todos los que hacían el mal
y, gracias a él, se alcanzó la liberación.
7Amargó la vida a muchos reyes#3,7: muchos reyes: En concreto Antíoco IV Epífanes, Antíoco V Eupátor y Demetrio I Soter. ,
pero alegró a Jacob con sus proezas;
su memoria será bendita por siempre.
8Recorrió las ciudades de Judá,
aniquiló a los impíos que había en ellas
y apartó de Israel la ira de Dios.
9Su fama llegó a los confines de la tierra,
y reunió a los que estaban
muy cerca de ser aniquilados.
10Con el fin de luchar contra Israel, Apolonio#3,10: Apolonio: Según el historiador Flavio Josefo, era el gobernador de Samaría., reclutó un poderoso ejército formado por paganos y samaritanos. 11Cuando Judas se enteró de esto, salió a su encuentro, lo derrotó y lo mató. Causaron muchas bajas entre los enemigos, y pusieron en fuga a los restantes. 12Al recoger el botín, Judas se apoderó de la espada de Apolonio que, a partir de ese día, llevó siempre consigo en las batallas.
13Al enterarse Serón#3,13: Serón: Gobernador de Celesiria según Josefo., jefe del ejército sirio, que Judas había reunido un contingente de fieles seguidores dispuestos para el combate, 14se dijo: “Voy a hacerme famoso. Me cubriré de gloria en el reino, combatiendo contra Judas y sus secuaces, esos que desprecian el decreto real”. 15Entonces, un poderoso ejército formado por gente impía, subió con él para vengarse de los israelitas. 16Pero cuando se acercaban a la subida de Betorón#3,16: Betorón: A unos 17 km de Jerusalén, es el paso obligado para ascender desde la llanura marítima hasta las montañas de Judea. Judas renueva aquí la hazaña de Josué (Jos 10—11)., Judas les salió al encuentro con unos pocos hombres, 17quienes, al ver el ejército que venía contra ellos, dijeron a Judas:
— ¿Cómo vamos a luchar nosotros, que somos tan pocos, contra ese ejército poderoso y fuerte? Además nos faltan las fuerzas, porque desde ayer estamos ayunando.
18Judas les respondió:
— No es imposible que una muchedumbre caiga en manos de unos pocos, pues Dios#3,18: Dios: El texto griego dice “cielo” evitando mentar a lo largo de todo el libro el nombre de Dios. lo mismo puede salvar con muchos que con pocos:#1 Sm 14,6. 19en una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino del poder que viene del cielo. 20Ellos, llenos de soberbia e impiedad, vienen a atacarnos con la intención de matarnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros niños, pretendiendo apoderarse de todo lo que tenemos; 21pero nosotros vamos a luchar por nuestra vida y nuestras leyes. 22¡No les tengáis miedo, porque Dios los destruirá ante nuestros propios ojos!
23Apenas cesó de hablar, se lanzó por sorpresa contra sus enemigos y derrotó a Serón con todo su ejército. 24Luego los persiguieron por la cuesta de Betorón hasta la llanura, haciendo que cayeran unos ochocientos hombres; los demás huyeron al país de los filisteos#3,24: país de los filisteos: Se trata de un arcaísmo ya que después de las invasiones asirias Filistea no existía como país independiente..#Jos 10,10.
25El temor a Judas y a sus hermanos comenzó a apoderarse de las naciones vecinas, que pronto se llenaron de pánico. 26Su fama llegó a oídos del rey, y en todas las naciones se comentaban las victorias de Judas.
Antíoco y Lisias
27Al enterarse Antíoco de lo que estaba sucediendo, montó en cólera y mandó que se reuniesen todas las fuerzas armadas de su reino, tratando de organizar un ejército en extremo poderoso. 28Abrió su tesoro y pagó a las tropas el salario de un año, ordenándoles que se preparasen para cualquier eventualidad. 29Pero entonces advirtió que el dinero del tesoro se había acabado y que, a causa de las disensiones y los conflictos que él mismo había provocado al suprimir las costumbres vigentes desde tiempos inmemoriales, no bastaban los impuestos de la región. 30Por eso temió que, como ya le había ocurrido en otras ocasiones, no le alcanzase el dinero para cubrir los gastos y regalos que él solía hacer de modo aún más espléndido que sus predecesores en el reino. 31Profundamente preocupado, tomó la decisión de ir a Persia para cobrar los impuestos#3,31: para cobrar los impuestos: Posiblemente la razón principal de esta partida no fuera económica sino militar: reconquistar Armenia que se había sublevado aprovechando la muerte de Antíoco III y asegurar otras provincias del este ante el poderío creciente de los partos. de aquellas provincias y reunir así una considerable cantidad de dinero. 32Entre tanto le encargó a Lisias, hombre ilustre y de linaje real, los asuntos del reino que abarcaban desde el río Éufrates hasta las fronteras de Egipto. 33También le encomendó que, hasta su regreso, cuidara de su hijo Antíoco#3,33: Antíoco: Antíoco V Eupátor (164-161 a. C.).. 34Le confió la mitad del ejército, además de los elefantes, y le dio instrucciones sobre todo lo que debía hacer, en especial con relación a los habitantes de Judea y Jerusalén; 35contra estos debía enviar un ejército, para destruir y aniquilar el poder de Israel y lo que aún quedara de Jerusalén, y para borrar de la tierra su memoria. 36A continuación debía instalar extranjeros en todos los lugares del país y repartir las tierras entre ellos#3,36: repartir las tierras entre ellos: Según el uso de los seleúcidas, Lisias, tras el exterminio de los judíos, debía confiscar todas sus posesiones y venderlas a colonos extranjeros, de esta forma Judea quedaría convertida en territorio real.. 37El año ciento cuarenta y siete#3,37: año ciento cuarenta y siete: Es decir, el 165 a. C. tomó el rey la otra mitad de su ejército, se puso en marcha y, partiendo de Antioquía, la capital de su reino, atravesó el río Éufrates y recorrió las provincias de la meseta.
La invasión de Judea
38Lisias eligió a Tolomeo hijo de Dorimeno, a Nicanor y a Gorgias#3,38: Tolomeo: Gobernador de Celesiria y Fenicia.— a Nicanor y a Gorgias: Nicanor está al frente de la expedición y Gorgias aparece a su lado como jefe militar propiamente dicho (2 Ma 8,9); posteriormente se convertirá en el gobernador de Idumea, (2 Ma 12,32)., personajes importantes entre los amigos del rey,#2 Ma 8,8-15. 39y con ellos envió cuarenta mil soldados de infantería y siete mil jinetes con el fin de invadir el territorio de Judá y arrasarlo, según lo había dispuesto el rey. 40Todas las tropas se pusieron, pues, en marcha, y acamparon cerca de Emaús#3,40: Emaús: En la Sefela, a unos 25 km de Jerusalén, está en una posición estratégica dominando el acceso desde la llanura costera; no es, pues, el Emaús de Lc 24,13., en la llanura. 41Al saberlo, los comerciantes de la región se dirigieron al campamento con gran cantidad de plata y oro — y también con cadenas— para comprar israelitas como esclavos. Al ejército se le sumaron fuerzas de Siria y del país de los filisteos#3,41: país de los filisteos: Lit. extranjeros.. 42Judas y sus hermanos vieron que la situación era grave y que el ejército enemigo había acampado en el interior del país. Se enteraron también de que el rey había dado orden de destruir y exterminar al pueblo. 43Entonces se dijeron unos a otros: “¡Libremos a nuestro pueblo de la ruina! ¡Luchemos por nuestro pueblo y por el Templo!”. 44Luego se convocó una asamblea a fin de prepararse para la guerra, al mismo tiempo que oraban y suplicaban a Dios misericordia y compasión.
45Jerusalén estaba deshabitada y desierta,
ninguno de sus hijos entraba ni salía.
El Templo había sido pisoteado,
y los extranjeros ocupaban la ciudadela
convertida en morada de paganos.
El júbilo de Jacob había desaparecido,
la flauta y la cítara guardaban silencio.
46Una vez reunidos, se fueron a Mispá, frente a Jerusalén, porque en otro tiempo tuvo Israel en Mispá un lugar de oración.#2 Ma 8,16-23. 47Aquel día ayunaron, se vistieron de sayal, se cubrieron la cabeza de ceniza y rasgaron sus vestiduras. 48Abrieron el libro de la ley para descubrir en él lo que consultaban los paganos a sus ídolos;#2 Ma 8,23. 49trajeron también las vestiduras sacerdotales, las primicias y los diezmos; reunieron a los nazareos que ya habían cumplido el tiempo de su voto#3,49: el tiempo de su voto: Al término de su voto los nazareos debían de ofrecer un sacrificio en el Templo. Ahora no es posible puesto que ha sido profanado.#Nm 6,1-21. 50y clamaron al cielo, diciendo:
— ¿Qué haremos con todos estos? ¿A dónde los llevaremos, 51pues tu Templo ha sido pisoteado y profanado, y tus sacerdotes están de luto y humillados? 52Los paganos se han aliado entre sí para exterminarnos: tú conoces lo que traman contra nosotros. 53¿Cómo podremos enfrentarnos a ellos si tú no vienes en nuestro socorro?
54Después tocaron las trompetas y clamaron a gran voz.
55Judas nombró en seguida, de entre el pueblo, jefes con mando sobre mil, sobre cien, sobre cincuenta y sobre diez. 56Y, de acuerdo con la ley, permitió que regresaran a sus hogares los que estuvieran construyéndose su casa, los recién casados, los que estaban plantando una viña y los que tuvieran miedo.#Ex 18,21-26; Dt 20,5-9; Jue 7,3. 57Luego se puso en marcha el ejército, acampando al sur de Emaús. 58Judas les dijo:
— ¡Preparaos y sed valientes! ¡Estad dispuestos, cuando mañana amanezca, a luchar contra esos paganos que se han juntado para destruirnos a nosotros y a nuestro Templo! 59Más nos vale morir en la batalla que ver las desgracias de nuestra nación y de nuestro Templo. 60¡Pero hágase lo que Dios quiera!

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