Y el Dios de paz, que resucitó de la muerte a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por medio de la sangre de la alianza eterna, los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. ¡A Él sea la gloria por toda la eternidad! Así sea.