<h1>Biblia Reina Valera 1960</h1> La revisión Reina-Valera ha sido el texto más utilizado por la iglesia evangélica hispanoamericana durante varias gereraciones. Su lenguaje forma parte del habla de los cristianos evengélicos, quienes han memorizado frases, versículos y pasajes enteros, en los que siempre encuentran consuelo e inspiración divina. En 1960 la American Bible Society publicó esta revisión de la Biblia, luego de un arduo trabajo por parte de un excelente equipo de estudiosos, que adecuó el antiguo texto a la ortografía de la época, mejoró su construcción gramatical y le añadió claridad a palabras y pasajes. The Reina-Valera 1960 has been the basic text most used by the evangelical Spanish-speaking church. It is the most beloved translation of Spanish-speaking Christians because it retains the traditional style of the Spanish language. After almost 200 years of ongoing ministry, American Bible Society invites people to experience the life-changing message of the Bible. Offering an increasing range of innovative ministries to address core life questions and struggles, the Bible Society partners with Christian churches and national Bible societies to share God’s Word both in the United States and around the globe. For more information, visit <a href="http://www.americanbible.org/">www.americanbible.org</a> To purchase a copy of this translation, visit <a href="http://www.bibles.com/">www.bibles.com</a>

El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, y se puede usar solamente bajo licencia.

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkROM">
 <div class="chapter ch15" data-usfm="ROM.15">
 <div class="label">15</div><div class="p"> 1As&#237; que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los d&#233;biles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2Cada uno de nosotros agrade a su pr&#243;jimo en lo que es bueno, para edificaci&#243;n. 3Porque ni aun Cristo se agrad&#243; a s&#237; mismo; antes bien, como est&#225; escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre m&#237;.#Sal. 69.9. 4Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra ense&#241;anza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolaci&#243;n de las Escrituras, tengamos esperanza. 5Pero el Dios de la paciencia y de la consolaci&#243;n os d&#233; entre vosotros un mismo sentir seg&#250;n Cristo Jes&#250;s, 6para que un&#225;nimes, a una voz, glorifiqu&#233;is al Dios y Padre de nuestro Se&#241;or Jesucristo.</div><div class="s">El evangelio a los gentiles</div><div class="p"> 7Por tanto, recib&#237;os los unos a los otros, como tambi&#233;n Cristo nos recibi&#243;, para gloria de Dios. 8Pues os digo, que Cristo Jes&#250;s vino a ser siervo de la circuncisi&#243;n para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, 9y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como est&#225; escrito:</div><div class="q">Por tanto, yo te confesar&#233; entre los gentiles,</div><div class="q">Y cantar&#233; a tu nombre.#2 S. 22.50; Sal. 18.49.</div><div class="m"> 10Y otra vez dice:</div><div class="q">Alegraos, gentiles, con su pueblo.#Dt. 32.43.</div><div class="m"> 11Y otra vez:</div><div class="q">Alabad al Se&#241;or todos los gentiles,</div><div class="q">Y magnificadle todos los pueblos.#Sal. 117.1.</div><div class="m"> 12Y otra vez dice Isa&#237;as:</div><div class="q">Estar&#225; la ra&#237;z de Isa&#237;,</div><div class="q">Y el que se levantar&#225; a regir los gentiles;</div><div class="q">Los gentiles esperar&#225;n en &#233;l.#Is. 11.10.</div><div class="m"> 13Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abund&#233;is en esperanza por el poder del Esp&#237;ritu Santo.</div><div class="p"> 14Pero estoy seguro de vosotros, hermanos m&#237;os, de que vosotros mismos est&#225;is llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que pod&#233;is amonestaros los unos a los otros. 15Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 16para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Esp&#237;ritu Santo. 17Tengo, pues, de qu&#233; gloriarme en Cristo Jes&#250;s en lo que a Dios se refiere. 18Porque no osar&#237;a hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de m&#237; para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19con potencia de se&#241;ales y prodigios, en el poder del Esp&#237;ritu de Dios; de manera que desde Jerusal&#233;n, y por los alrededores hasta Il&#237;rico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 20Y de esta manera me esforc&#233; a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21sino, como est&#225; escrito:</div><div class="q">Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de &#233;l, ver&#225;n;</div><div class="q">Y los que nunca han o&#237;do de &#233;l, entender&#225;n.#Is. 52.15.</div><div class="s">Pablo se propone ir a Roma</div><div class="p"> 22Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.#Ro. 1.13. 23Pero ahora, no teniendo m&#225;s campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos a&#241;os ir a vosotros, 24cuando vaya a Espa&#241;a, ir&#233; a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado all&#225; por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros. 25Mas ahora voy a Jerusal&#233;n para ministrar a los santos. 26Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que est&#225;n en Jerusal&#233;n.#1 Co. 16.1-4. 27Pues les pareci&#243; bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben tambi&#233;n ellos ministrarles de los materiales.#1 Co. 9.11. 28As&#237; que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasar&#233; entre vosotros rumbo a Espa&#241;a. 29Y s&#233; que cuando vaya a vosotros, llegar&#233; con abundancia de la bendici&#243;n del evangelio de Cristo.</div><div class="p"> 30Pero os ruego, hermanos, por nuestro Se&#241;or Jesucristo y por el amor del Esp&#237;ritu, que me ayud&#233;is orando por m&#237; a Dios, 31para que sea librado de los rebeldes que est&#225;n en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusal&#233;n sea acepta; 32para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. 33Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Am&#233;n.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito:
Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles,
Y cantaré a tu nombre.
Y otra vez dice:
Alegraos, gentiles, con su pueblo.
Y otra vez:
Alabad al Señor todos los gentiles,
Y magnificadle todos los pueblos.
Y otra vez dice Isaías:
Estará la raíz de Isaí,
Y el que se levantará a regir los gentiles;
Los gentiles esperarán en él.
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito:
Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán;
Y los que nunca han oído de él, entenderán.

Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros. Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.
Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta; para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.

Makinig sa Romanos 15