Viajando Por El AdvientoSample

Viviendo de otra manera

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana" (Mateo 11:28-30).

En el mundo de hoy, es fácil sentirse insignificante. A veces, las presiones de vivir en una sociedad que nunca duerme ni descansa pueden ser abrumadoras. Según la Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos, casi el veinte por ciento de los estadounidenses sufren de algún tipo de ansiedad extrema. Para ponerlo en perspectiva, eso significa que más de sesenta y ocho millones de personas en los EE. UU. se sienten abrumadas por la presión que enfrentan en sus vidas. No es de extrañar que las expectativas adicionales que rodean la temporada navideña puedan causar aún más estrés y, muchas veces, sean difíciles de manejar. Las expectativas de esta época son inmensas: compromisos familiares, elegir los regalos perfectos, lidiar con tiendas abarrotadas, gastar de más, y el dolor por seres queridos que ya no están. Esto apenas es el comienzo de lo que el mundo nos impone en esta temporada.

Hay una mejor manera, y todo comienza con un respiro. Cierra los ojos y toma una respiración profunda. Dios te respalda. Exhala. Toma otra respiración. Eres amado, y tu vida importa. Exhala. Una última respiración profunda. Dios envió a su Hijo Jesús para ganar todas esas batallas que nos abruman. Jesús nos ofrece refugio ante las preocupaciones del mundo que nos rodea. Ahora exhala. Recuerda: nunca fue tu responsabilidad resolver todos los problemas del mundo. Jesús nos invita a vivir un día a la vez, a confiar en que Él tiene el control y que somos preciosos para Él.

Esta Navidad, sin importar cuán loco parezca el mundo a tu alrededor, recuerda respirar. Es en Jesucristo donde encontramos esperanza y paz. ¿Por qué no permitirte recibir estos preciosos regalos de Dios esta Navidad?

Oración: Dios, eres asombroso. Gracias por llevar las cargas pesadas por nosotros. Gracias por la esperanza y la paz que encontramos en Jesús. Gracias por recordarnos que, si tú nos llevas a algo, también nos llevarás a través de ello. En el nombre de Cristo oramos, amén.

Escrito por Don Zlaty (Estudiante del Doctorado en Ministerio, Wesley Seminary)