La Promesa del CieloSample
Reconociendo el rescate
Después de escuchar a un hombre hacer demandas, el otro respondió: “Ni siquiera temes a Dios, tú que estás bajo el mismo castigo? Nosotros estamos sufriendo con justicia, porque estamos recibiendo lo que merecemos por lo que hicimos; pero este hombre no ha hecho nada malo” (Lucas 23:40-41, RVR).
Sus comentarios fueron una admisión de su culpabilidad y de que su castigo era merecido. Sin embargo, su pregunta inicial. “¿Ni siquiera temes a Dios?”, indica una comprensión más profunda. Una conciencia de que también merecía un castigo divino por haber quebrantado la ley de Dios. Como resultado, comenzó a reconocer su necesidad de un Salvador. Alguien que hiciera por él lo que no podía hacer por sí mismo. Lo mismo es cierto para nosotros: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23, NVI). La moralidad personal, la asistencia a la iglesia, haber nacido en una familia cristiana y las obras de caridad, aunque nobles y necesarios, no pueden lograr nuestro rescate. Si pudieran, entonces Cristo habría muerto en vano (Gálatas 2:21).
Jesús advirtió claramente sobre confiar en las buenas obras y actividades religiosas para obtener la vida eterna (Mateo 7:21-23). También declaró: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6, RVR). Afortunadamente, todos están invitados a venir al Padre a través de Jesús. A ser rescatados y reconciliados con el Dios Todopoderoso por el regalo de Su asombroso amor, misericordia y gracia. Mientras lees los siguientes versículos, personaliza lo que está escrito colocando tu nombre en el lugar (indicado en negritas) donde leas las palabras “nosotros” y “nos.”
“Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, él nos salvó, no por obras de justicia que hubiéramos hecho nosotros, sino por su misericordia… por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Así que, justificados por su gracia, somos herederos con la esperanza de tener vida eterna” (Tito 3:4-7, NVI).
La bondad y el amor de Dios se manifestaron en Su Hijo Jesucristo, el Salvador que vino a rescatarte a ti y a mí de nuestro pecado. Él te está invitando hoy a responder con fe a su gracia y recibir el regalo de la vida eterna. “La Promesa del Cielo”, tal como lo recibió un hombre hace dos mil años.
About this Plan
Este plan se centra en tres personas a punto de dar su último aliento. Es un tema que parece poco atractivo hasta que ocho palabras lo cambian todo. "La Promesa del Cielo," tomado y adaptado de "The Promise" por P. J. Meduri (Taking the Field Ministries), esta promesa sigue disponible hoy. Es una promesa del Dios que te ama, te creó a su imagen y desea tener una relación contigo.
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