Cómo Resistir El PecadoSample
Dale muerte al pecado
Cuando Jesús habla de «sacarte el ojo, cortarte la mano», en el contexto de Mateo 5:29, lo que está diciendo es que, si queremos vencer el pecado, debemos estar dispuestos a enfrentarlo radicalmente.
Nuestro Señor no nos estaba enseñando literalmente a arrancar un ojo o cortar una mano; ha habido algunos en la historia de la iglesia que han practicado eso para vencer el pecado sexual u otros tipos de pecado, pero eso no es lo que Jesús estaba diciendo. Él dice que tenemos que estar dispuestos a tomar medidas radicales contra nuestro problema con el pecado, porque el pecado es un problema grave.
En primer lugar, debemos estar seguros de que conocemos a Jesús como Señor y Salvador. Hasta que no conozcamos a Cristo, seremos esclavos del pecado. Nunca podremos vencer el pecado si no hemos sido liberados de su culpa y control esclavizante por el poder de Dios que se encuentra en y a través de su Hijo, Jesucristo.
¿He sido perdonado de todos mis pecados? ¿Estoy operando desde ese fundamento cuando afronto mi problema con el pecado? ¿Y tengo el Espíritu de Dios, un Ayudante que va más allá de mis capacidades, dentro de mí? ¿Tengo una nueva naturaleza, de modo que ya no estoy espiritualmente ciego y sordo? ¿Estoy en Cristo?
Esa cuestión debería resolverse con un «Sí, tengo fe en el Hijo de Dios. Soy una nueva criatura en Cristo Jesús» (2 Corintios 5:17). Tengo nuevas habilidades que se encuentran en él. Luego, nos enfocamos en los medios que Dios ha ordenado para que su pueblo mortifique (haga morir) el pecado en sus vidas.
Efesios 6, que habla de la armadura completa de Dios, representa uno de los medios que Dios nos ha dado para combatir el pecado. Otra forma de combatir el pecado es conociendo su palabra, memorizándola y saturándose de ella. El salmista dice: «He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti» (Salmos 119:11 NTV).
La oración es otra forma; en el jardín de Getsemaní, Jesús dijo a sus discípulos: «... “Oren para que no cedan a la tentación”» (Lucas 22:40). Ese es un ejemplo de cómo la oración es un instrumento que Dios nos ha dado para lidiar con los problemas del pecado en nuestras vidas.
Hay muchos medios que Dios nos ha dado para luchar contra el pecado, pero quizá lo que Jesús quiere que captemos como el más importante es que nos preocupemos por pelear la batalla; que comprendamos la seriedad de lo que está en juego. No tomemos el pecado a la ligera porque todo pecado es merecedor no solo de la muerte física sino de la muerte eterna. Así de odioso es el pecado para Dios. Por lo tanto, debe ser odioso para nosotros.
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En nuestros días, la mayoría de las personas toman el pecado muy a la ligera. En este devocional, hablamos de una batalla contra el pecado a nivel interno. Como cristianos, necesitamos tener cuidado de no exaltar la satisfacción física por encima del bienestar de nuestra alma. Necesitamos estar atentos a lo que nos exalta y nos aleja de Dios.
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