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Controla Lo Que Te ControlaSample

Controla Lo Que Te Controla

DAY 3 OF 7

EL QUE CALLA NO OTORGA, EL QUE CALLA ES SABIO.

¿Cuántas veces nos cuesta simplemente callar? No callar ante injusticias, sino callar ante tonterías que no merecen nuestro tiempo ni energía.

Proverbios 23:9 dice:

«No trates de hacerte oír por un necio, porque este no apreciará tus sabias razones» (Proverbios‬ ‭23‬:‭9‬ ).

A veces no tiene sentido responder.

Jesús reprendió cuando debía reprender y calló cuando debía callar:

– A aquellos con preguntas reales y genuinas, daba respuesta.

– A aquellos con propósito de hacerle caer poniéndole a prueba, contestaba conforme a su picardía.

– Y a aquellos que buscaban provocarle, ni respondía porque no tenía nada que demostrar a nadie.

¡Siendo Dios y pudiendo hablar, eligió el silencio en muchas ocasiones! ¡Teniendo muchas más razones para hacerlo que nosotros y argumentos de sobra contra sus acciones!

¿Acaso nosotros estamos por encima de Él? ¿Acaso tenemos mayores motivos para no actuar de la misma forma que Él lo hizo ante esas provocaciones?

«Si alguno de ustedes cree ser religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no vale nada. Delante de Dios, la religión pura y sin mancha consiste en ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y en mantenerse limpio de la maldad de este mundo» (Santiago‬ ‭1‬:‭26‬-‭27‬). ‭

PERO... ¿SIEMPRE DEBEMOS CALLAR?

• Aprende la diferencia ⤵️

«No respondas al necio con igual necedad o tú mismo pasarás por uno. Respóndele al necio como se merece, para que no se tenga por sabio» (Proverbios‬ ‭26‬:‭4‬-‭5).‬ ‭

No es contradictorio. No merece la pena responder ante provocaciones pero a veces si es necesario hacerlo ante argumentos absurdos.

Jesús mismo da ejemplo a lo largo del Nuevo Testamento de esto mismo:

1) JESÚS RESPONDIÓ.

Jesús fue constantemente retado por grupos que creían tener la razón absoluta y no veían más allá de sus parámetros, intereses e interpretaciones. Le hacían preguntas con el propósito de hacerle tropezar y salirse con la suya, pero Él era más astuto:

«Regresaron a Jerusalén. Cuando Jesús caminaba por el área del templo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se le acercaron. Le dijeron a Jesús: —¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te la dio? Jesús dijo: —Yo también les haré una pregunta. Respóndanme y les diré con qué autoridad hago estas cosas: ¿El bautismo de Juan era de Dios o de los hombres?, respóndanme. Ellos discutían entre sí y decían: «Si respondemos que venía de Dios, él preguntará: "¿Por qué entonces no le creyeron?" Pero no podemos decir que venía de los hombres». Ellos le tenían miedo al pueblo porque todos creían que Juan era un profeta. Entonces le respondieron a Jesús: —No sabemos. Jesús entonces les dijo: —Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago estas cosas» ‭‭ (Marcos‬ ‭11‬:‭27‬-‭33).‬ ‭

A esto se refiere el versículo con responder al necio conforme a su necedad y NO con su misma necedad. Es decir, no te bajes a su nivel actuando de la misma forma, mantente sereno y responde con coherencia ante sus argumentos vanidosos para que en su altivez y orgullo no crean tener la razón.

Este capítulo de Marcos es solo un ejemplo de muchísimos otros en los que Jesús es desafiado.

2) PERO TAMBIÉN ENMUDECIÓ.

Jesús en su crucifixión sufrió la mayor humillación, no solo por su muerte en la cruz, sino también por todo el proceso que conllevó: juicios y retenciones, rechazo de parte de su propio pueblo y elección de Barrabás (criminal) frente a Jesús (inocente), burlas, insultos, gritos, empujones, golpes, desprecios...

«Entonces unos lo escupieron en el rostro, y le dieron puñetazos; y otros lo abofeteaban68 y decían: «¡Profetízanos, Cristo; dinos quién te golpeó!» (Marcos 26:67-68).

En su peor momento, en su dolor más desgarrador, en medio de su angustia, de su sentimiento de abandono y soledad, del frío y el hambre, la deshidratación, de la traición de un amigo, de su propio desangramiento...

En un punto tan crítico como este, es lógico que cualquiera habría reaccionado consecuentemente a esa presión con motivos más que suficientes. Jesús en cambio, supo dominarse porque sabía que no le hacía falta responder ante esas palabras vanas llenas de ignorancia y odio inmerecido, porque ninguna de esas palabras cambiaba su identidad ni su misión. No tenía necesidad de levantar la voz ni defenderse de sus acusaciones, malas intenciones y palabras hirientes.

No tuvo que abrir su boca, sus acciones hablaron.

Al igual tú. Debes estar firme y seguro en quién eres, en tu identidad, en quién Dios te ha llamado a ser... y no perder tu tiempo discutiendo en hacerles verlo. Habla cuando has de hablar pero sobre todo, aprender a callar cuando debes callar porque esto es lo que realmente nos cuesta y sentirás tentación de hacerlo.

Para Jesús tampoco fue fácil soportar todo aquello. En su enfado, podría haber demostrado lo equivocados que estaban todos y bajarse de la cruz pero eso habría alterado el transcurso de las cosas, lo habría desenfocado y le habría impedido cumplir con su cometido.

Así que tú haz lo mismo que hizo Jesús ante esos insultos y gritos inútiles, que no tengan la capacidad de desenfocarte, de cambiar quién eres, tu misión y quién Dios te ha llamado a ser; no has sido llamado a actuar como ellos. No hables de más, Dios te respalda y no necesitas palabra de nadie más.

Reaccionar contra todo ello sólo te alejará de tu propósito y de a quién Dios te ha llamado a ser.

* Este devocional no hace alusión a la sumisión ni a la tolerancia de situaciones que vulneran los derechos humanos. Si estás en una situación de violencia o peligro, pide ayuda.

Day 2Day 4

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Controla Lo Que Te Controla

‭Logra ser un mejor reflejo de Jesús respondiendo con sabiduría y mansedumbre aún en momentos de tensión. «Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y también con ella maldecimos a las personas que han sido creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendiciones y maldiciones. Hermanos míos, esto no debe ser así. De una misma fuente no brota agua dulce y agua salada» (Santiago‬ ‭3‬:‭9‬-‭11‬).

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