4 Errores Comunes De Comunicación en El MatrimonioMuestra

¿Aplicas tu corazón a la comprensión más de lo que intentas que tu cónyuge te comprenda? A veces sé que tengo razón en algo. Y entonces descubro que Nancy tiene la misma razón en la postura contraria. Ahora tenemos un enfrentamiento.

En los primeros años de nuestro matrimonio, tuvimos muchos enfrentamientos. Los dos nos atrincherábamos, cerrábamos la mente y esperábamos a que el otro entrara en razón, cosa que rara vez ocurría. Nos volvíamos locos durante uno o dos días y luego lo dejábamos estar, pero nunca lo resolvíamos.

¿Qué ocurre cuando una pareja no resuelve un problema? Vuelve a aparecer. En nuestro caso, suele volver con más fuerza, arrastrando el bagaje de la última vez que salió a la superficie.

En el matrimonio, Dios nos unió con todas nuestras diferencias. Cuando luchamos contra las diferencias del otro, ya sea una diferencia de opinión, un plan o idea diferente, o cualquier otra cosa, nuestro matrimonio pierde.

Nancy y yo vimos que eso nos pasaba a nosotros. Proverbios 18:15 dice: "El corazón de los perspicaces adquiere conocimiento, pues los oídos de los sabios lo buscan", pero nosotros estábamos haciendo lo contrario. No estábamos dispuestos a "adquirir conocimiento" escuchándonos de verdad.

Los dos nos dimos cuenta de que, para que las cosas mejoraran, teníamos que mirar en nuestro interior y dejar de acusarnos mutuamente. No fue fácil cambiar. Proverbios 2:2-6 dice: "Vuelve tu oído a la sabiduría y aplica tu corazón a la inteligencia, y si clamas por perspicacia y gritas por entendimiento, y si lo buscas como a la plata y lo buscas como a un tesoro escondido, entonces entenderás el temor del Señor y encontrarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría; de su boca salen la ciencia y la inteligencia".

Esto es lo que hicimos. En primer lugar, "pedimos sabiduría" orando para que Dios nos guiara. En segundo lugar, tomamos un tema sobre el que estábamos divididos. Cada uno de nosotros escribió todo lo que pudo para apoyar su posición. A continuación, buscamos un buen momento para hablar sin distracciones. Oramos para que Dios nos ayudara a abrir nuestras mentes y a escucharnos de verdad. Luego empezamos a hablar. Nancy dijo el primer punto de su lista. A medida que explicaba, me encontré haciendo preguntas. Intentaba comprenderla de verdad. Aquello fue un pequeño milagro para mí en aquella etapa del matrimonio.

Empatizamos el uno con el otro y nos dimos cuenta de que no estábamos tan alejados sobre el tema como habíamos pensado. Llegamos a un acuerdo. Puede que no estuviéramos de acuerdo en todos los detalles, pero aceptamos comprometernos, respetarnos mutuamente y el problema quedó resuelto. Mateo 7:7 dice: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá la puerta". Lo hicimos, y Él lo hizo.

¿Estás preparado para empezar a tener una mente abierta cuando hables con tu cónyuge? ¿Estás listo para escuchar bien, buscar entender, ser entendido y en general cambiar los patrones de comunicación en tu matrimonio? ¡Hoy es el momento perfecto para empezar!

El reto de hoy:

Ahora te toca a ti. Piensa en un asunto que no hayas resuelto en tu matrimonio. ¿Qué pasaría si ustedes dos pasaran por el proceso que Nancy y yo hicimos?

⦁ Escribe tus puntos.

⦁ Ora.

⦁ Por turnos, expone y explica tu punto de vista y, a continuación, háganse preguntas mutuamente.

El objetivo no es "ganar", sino que tu matrimonio gane. Si tu "ganas" o tu cónyuge "gana", ¿qué significa eso para su matrimonio? La mayoría de las veces eso significará que su matrimonio pierde. Tener una mentalidad abierta no sólo te ayuda a comunicarte con el otro, sino también a aceptar sus diferencias.