RestáuranosMuestra

"Restaurados para servir" (Mónica Fonseca).

Lo que hicisteis a otros, a mí me lo hicisteis

En el pasaje Jesús está enviando a dos de sus discípulos para celebrar la cena más famosa de la historia, aquella que quedaría plasmada en tantas obras de arte, y sería el tema de una de las pinturas más famosas de Leonardo Da Vinci.

El Maestro les avisa que en el camino encontrarán a un hombre llevando un cántaro de agua. Esto aclara porque en ese tiempo, los hombres jamás llevaban el agua, esa era tarea exclusiva de las mujeres.

¿Por qué aquel hombre hacía esto? Tal vez su esposa estaba enferma, o quiso ayudar y honrar a su madre anciana. Tal vez fue por solidaridad con alguien.

¿Por qué se exponía a la burla de los transeúntes haciendo una tarea que no le correspondía?

En realidad, no lo sabemos. Lo cierto es que, en esa actitud de servicio llevando una jarra sobre su cabeza, fue usado por Dios guiando a los discípulos al aposento alto. Llevando esa jarra en la cabeza, hoy seguimos hablando de ese varón que entró en la historia y para siempre quedó registrado en la Biblia.

Es importante entender que lo que hagamos para servir a nuestro prójimo, por más simples o insignificantes que nos parezcan, siempre serán un acto en favor del Maestro. Siempre son un servicio a nuestro Dios.

ORACIÓN

Señor, te pido perdón por tantas deudas a mi prójimo. Abre mis ojos para ver la necesidad de los que me rodean. Que lo haga siempre movido por tu amor y tu misericordia sin esperar la gratificación de nadie, sólo deleitándome en agradar a tu corazón.