Estrellas y ArenaMuestra

Arena parte 2

Hoy estaremos viendo la historia de otro personaje que también caminó por el desierto. Este personaje fue José. Si recordamos su historia; él fue vendido por sus hermanos para ser esclavo y fue llevado a Egipto, y quizás cuando iba de camino a Egipto, él pudo preguntarse, ¿por qué Dios había permitido que lo vendieran? ¿Qué sería de él en una tierra desconocida? ¿Acaso moriría al llegar a Egipto? Mas no sabía, que ese desierto que estaba atravesando lo llevaba a cumplir el propósito de Dios. Si lees en el capítulo 42 de Génesis, podrás ver que se relata sobre una sequía y una hambruna que azotó la tierra, sin embargo; Egipto era la única nación que tenía alimentos, por lo tanto, los habitantes de las demás naciones iban a Egipto a comprar comida para sobrevivir. Te preguntarás, ¿por qué Egipto era la única nación que tenía suficientes alimentos para sobrevivir la hambruna y las demás naciones no?

Si recuerdas, José fue llevado a Egipto, una vez estando ahí, el faraón tuvo dos sueños, sin embargo, nadie lograba descifrar lo que esos sueños significaban, pero, un varón extranjero fue el único que tuvo la revelación de su significado, ese varón era José. Dios usa a José para interpretar los sueños, los cuales indicaban que primero iban a pasar siete años de abundancia, pero luego, vendrían siete años de sequía (Te invito a que leas el capítulo 39, 40 y 41 de Génesis). El faraón ordena que José se encargue de administrar toda la abundancia de los primeros siete años para prepararse para la sequía.

Si profundizamos en esto, podemos ver que, de Jacob vienen las doce tribus de Israel, prácticamente ahí es donde la descendencia de Abraham comenzaba a expandirse, pero si José no hubiera sido vendido por sus hermanos, nunca hubiera llegado a Egipto y no hubiera interpretado los sueños del faraón. Es decir, Egipto no se hubiera preparado y no habría recolectado suficientes alimentos para sobrevivir la sequía. Por lo tanto, los habitantes de Egipto hubieran muerto de hambre, y no solo ellos, las demás naciones también; si bien recuerdas, todos iban a Egipto a comprar comida para sobrevivir, incluso los hijos de Jacob. Si notas, la descendencia de Abraham hubiera muerto en ese tiempo y la promesa de Dios no se habría cumplido. El desierto por el cual caminó José, Dios lo usó para mantener viva su promesa con Abraham.

Dios nos lleva al desierto con un propósito, para que lo miremos y dependamos de Él; para que nuestra fe sea avivada y volvamos a creer. Es increíble como Dios no tiene limitaciones, porque incluso en los mayores desiertos Él muestra su poder, pero solo podremos ver ese poder cuando nuestro enfoque está en Él.