Esperemos en DiosMuestra

Los "nunca" de la vida

Nunca.

Es la palabra que puede despertar el miedo más profundo en el corazón más valiente.

"Nunca encontraré trabajo".

"Esto nunca mejorará".

"Nunca me casaré".

"Nunca tendré el hijo que anhelo".

"Nunca volverá a casa conmigo".

Es la mentira que se origina en nuestra naturaleza pecaminosa, e insiste en poner un fin decisivo a todas nuestras esperanzas. No te molestes en soñar, susurra con crueldad. No te lo mereces. Deja de desear lo que nunca puede ser.

Así es como seguimos fijando los clavos en el ataúd de nuestros más profundos anhelos.

"El Señor nunca contestará mis oraciones".

Pero este es el desafío de esperar en Dios. Es la capacidad de mantener la esperanza cuando los nunca de la vida nos bombardean, cuando los minutos, las horas, los días y los años pasan sin respuesta a nuestras súplicas más apasionadas ante el trono de la gracia. Es la fe para aferrarnos al Padre en el largo camino cuando la razón humana nos dice que nos rindamos.

Si los nunca de la vida le desaniman, si ha esperado a que el Señor cumpliera sus promesas que le hizo, si se pregunta por qué Dios ha permitido una demora tan larga en responder a los clamores más profundos de su corazón –si es ahí donde usted se encuentra– entonces este es el plan de lectura adecuado para usted. Si presta atención, encontrará significado y esperanza en estos tiempos de espera hasta que el Señor responda. Aunque no lo vea obrar, puede saber con certeza que Él lo está haciendo, porque Él garantiza que “actúa a favor de los que esperan en él” (Isaías 64.4 NTV).

Además, el Padre Celestial tiene un plan asombroso para usted, propósitos que son fantásticos, adecuados a la perfección y que le darán un significado definitivo a su vida. Sin embargo, Dios también tiene un cronograma muy específico, uno que a menudo es muy diferente a lo que usted esperaría, que puede hacerle esperar mucho más de lo que le hace sentir cómodo, y lo más probable es que le hará sentir que toda esperanza terrenal se ha ido para que confíe solo en Él (2 Corintios 1.9).

Lo que pretendo mostrarle a lo largo de las lecturas devocionales que siguen, es que el único "nunca" en el que debe enfocarse es que Dios nunca le defraudará (Deuteronomio 31.6, 8). Así que, sea lo que sea lo que anhele, no importa cuánto tiempo tenga que esperar, puede confiar en que el Padre Celestial le guiará. Y puede saber con absoluta certeza que Él tiene en mente lo mejor para usted.