¿Quién necesita estar despierto toda la noche?

Siempre tengo presente al Señor, con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas; todo mi ser se llena de confianza. Salmo 16:8-9

En paz me acuesto y me duermo, porque sólo tú Señor, me haces vivir confiado. Salmo 4:8

La preocupación, con toda su fuerza, puede afectar cada área de nuestras vidas: nuestras relaciones, el trabajo, la familia, las motivaciones. Incluso puede afectar nuestro sueño. Nuestro Dios es un Dios de paz. Él siempre está despierto y enfocado en todo lo que necesitas. Nos conduce hacia el descanso cuando fijamos nuestra mirada en Él. Al reflexionar sobre las Escrituras de esta semana, ¿qué versículos te sirven como un punto de anclaje en tu mente cuando sientes que la preocupación se apodera de ti? Anótalos en tarjetas y colócalos en cualquier lugar donde necesites recordar la soberanía de Dios sobre tu preocupación.